FALLAS - 4ª FERIA

Y al final la luz

Hubo que esperar al último toro para ver la faena más redonda de la tarde, firmada por Pablo Aguado. Los descastados ejemplares de Juan Pedro condicionaron el resultado del festejo, del que Morante y Ortega se marcharon de vacío
jueves, 17 de marzo de 2022 · 17:01

Se lo pensaron los toreros antes de decidirse a iniciar el paseíllo. No llovía en ese instante, pero lo había hecho a lo largo del día y amenazaba con seguir haciéndolo en cualquier momento. Las rachas de viento frío se sumaban al conjuro contra dar comienzo al festejo. Pero finalmente, con 25 minutos de retraso, los coletudos decidieron echar para adelante.

Los que no acabaron de romper para adelante fueron los pupilos de Juan Pedro, un catálogo de toros descastados en diferente grado que sólo permitieron que se produjesen pellizcos intermitentes de gracia hasta la salida del último, sin duda el mejor del encierro. De la quema también se salvó el cuarto, aunque tuvo una duración muy limitada.

El público hizo sonar sus protestas en varios momentos, molesto con el juego de los animales y con el precio de las entradas. En día desapacible y de decepción, no le faltaba parte de razón.

Parecía tener buen son el Juan Pedro que abría festejo, aunque su falta de fuerzas fue patente desde que saltó a la arena, defecto que acrecentó en el último tercio quedándose muy agarrado al piso. Morante apenas pudo esbozar un par de derechazos de excelente trazo antes de desistir de seguir provocando sus arrancadas

Cinco verónicas y dos medias, una de ellas aguantando un parón sin inmutarse. Todo al ralentí. Más despacio imposible. Entregado el torero, abandonado a la inspiración. Empaque, gracia y torería. El público rugía emocionado y estaba dispuesto a seguir haciéndolo durante la faena de muleta, como demostró cada vez que el de La Puebla conseguía hilvanar dos pases consecutivos, lo que sucedió de forma intermitente porque al animal, a pesar de su clase, le faltó un punto de empuje. Aún así hubo pasajes deliciosos cargados de enjundia, pero pinchó al entrar a matar y perdió la posibilidad de conseguir premio.

Con un puñado de verónicas gustosas y acompasadas, meciendo el capote con temple y sentimiento, saludó Juan Ortega al segundo de la tarde. La media de remate a cámara lenta hizo estallar al público en un olé interminable. Pero la lluvia no quiso perderse el intento de faena del sevillano, lo que pareció encoger al de Juan Pedro, que de inmediato se puso a la defensiva, y ahí terminó todo.

Salió el quinto con las fuerzas al límite, y a pesar de las protestas el presidente lo mantuvo en el ruedo para que el torero del barrio de la Alameda de Hércules se estrellara contra “lo imposible” y el público se sintiera estafado.

Manseó el que hizo tercero marcando su querencia a tablas desde el principio. Pablo Aguado le robó una serie en redondo antes de que el astado se negara a seguir.

Hubo que esperar al toro que cerraba la tarde para vivir los momentos más sólidos. No acabó de humillar el Juan Pedro pero repitió en la muleta de Pablo Aguado sin descanso para que llevase a cabo una faena ligada y rítmica basada en el toreo en redondo y presidida por la entrega y la verdad, sin aspavientos ni alaracas, todo muy sentido. Mató de forma efectiva y consiguió el único apéndice de la corrida.

 

 

Ficha del festejo:

17 de marzo de 2022, Valencia. 4ª de la feria de Fallas. Más de media entrada en tarde fría, lluviosa y ventosa. Toros de Juan Pedro Domecq bien presentados y descastados en diferente grado. Sobresalieron el 4º y sobre todo el buen 6º.

Morante de la Puebla: silencio y saludos tras dos avisos.

Juan Ortega: silencio en ambos.

Pablo Aguado: silencio y oreja.

Fotos: Jacobo Silvestre

 

 

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