Ferrera y Olivenza: apoteósico idilio en sus bodas de plata

La tarde contenía todos los ingredientes para el deleite de la afición. Un torero en un momento excepcional, una ganadería de prestigio, un coso de magia y un ambiente expectante a lo que sabía que podía ocurrir.

En cuanto se abrieron las puertas, los aplausos solo dejarían de sonar en las tres horas de corrida para ser sustituidos por “olés” que retumbaron en la localidad pacense. Antonio Ferrera volvió a demostrar que las expectativas deben quedarse en la puerta del coso y centrarse en disfrutar de lo que acontezca en el albero.

Salía por toriles el abreplaza Galapagueño. Toro serio, de buenas hechuras, por lo que fue reconocido por los tendidos con los aplausos destinados al animal. Tras el recibo de capote, llevó al toro al otro extremo de la plaza para que acudiera al caballo. Tan solo era el primero y la cosa prometía. Después del tercio de varas, se luce sacando al Victorino del caballo tras dos puyazos. Primer brindis a su padre y se encamina con la muleta a dejar sus primeros compases. Faena por el pitón izquierdo. Intentó una serie por el derecho, pero volvió a cambiar rápidamente al no ofrecer juego el toro por la diestra. Dibujó naturales templados, profundos y sentidos con pases muy medidos. La estocada le valió el primer trofeo de la tarde.

El segundo Victorino, más pequeño que su hermano, no dejó respirar a Ferrera en el capote, con embestidas muy apretadas. Repitió la gran distancia al caballo en el tercio de varas, como gustó en el primero. Su faena al astado se basó en la colocación y la capacidad del torero para llevarlo por ambos pitones. Sin embargo, las escasas fuerzas del animal acortaron una terna que acabó con pinchazo en la suerte suprema, pero muy acertado en el descabello.

En tercer lugar, saldría Bárbaro, hijo del famoso Cobradiezmos. Toro cárdeno que fue de nuevo ovacionado por la afición. Ferrera lo recibió con bellas verónicas para volver a colocarlo a distancias con el caballo para cumplir un gran tercio de varas donde el animal embistió por bajo. En la muleta, el tercer Victorino fue el que menos juego ofreció. Flojo de manos y midiendo muy bien las distancias. La faena fue muy compleja, donde el diestro arriesgó mucho. Se cruzaba para exprimir las embestidas del astado, sabiendo en todo momento cómo actuar con el cárdeno. La presidencia le concedió la segunda oreja de la tarde por su entrega y casta.

El cuarto salió con tanta bravura que, tras su impacto con el burladero, perdió su pitón izquierdo de raíz. Tras el fallido intento de devolverlo a los corrales, el sobresaliente Álvaro de la Calle le dio muerte en el ruedo tras entregarle un par de tanda de naturales.

Turno, pues, para el primer sobrero. No dio buenas sensaciones a los tendidos en los primeros compases de la faena, lo que llegó a enfriar un poco los tendidos tras el accidente. Noble por ambos pitones con un monótono capote. Sin embargo, Antonio Ferrera volvió a demostrar que su toreo es de otro mundo. Con la muleta mostró una faena larga, de frente, con una izquierda para retener en los anales. El diestro se vació ante un oponente que no colaboró con la entrega del torero. Gran estocada donde Ferrera se tiró entre los pitones para cortar la tercera oreja de la tarde.

Y el tiempo se paró en Olivenza. Salía por chiqueros entre aplausos el quinto de la tarde, Madero, que no dejó de embestir durante toda la faena. Buena serie de verónicas previa al mejor puyazo de la tarde, de nuevo, lejos del caballo. Los tercios de banderillas iban tocando a su fin y los tendidos le pedían a Ferrera que tomara un par. Así lo hizo, alternando con sus banderilleros. Al sonar los clarines, tomó la muleta y dio comienzo al idilio. Como si lo hubiese visto desde un primer momento, el diestro le dio tiempo y espacio para no agotar sus fuerzas antes de tiempo. Vio la faena por el pitón izquierdo y fue por ahí donde basó la terna. Naturales limpios, largos, templados y profundos impregnaron en la memoria de los aficionados una faena que muchos no olvidarán. Series de hasta seis y siete muletazos. Los tendidos lo vieron claro: pañuelo a la presidencia para que mostrara el de color naranja.  

La tarde estaba hecha y aún faltaba el último de la tarde. Pero, por desgracia, no mostraría un juego digno de poner la guinda al pastel. Toro de buenas hechuras, pero muy manso. Quiso ofrecer un distinto quite en el capote, dado que no salió de las verónicas en toda la tarde. Sin embargo, dejó un gran quite de chicuelinas que satisfizo las peticiones de aquellos que querían ver la inspiración del maestro con el capote. Tan solo le quedó una tarea pendiente y la guardó para el final. Se subió al caballo dispuesto a picar, una vez más desde lejos, a su oponente. Pero en la muleta, el astado terminó por certificar que ya estaba todo visto. El animal se daba la vuelta, sin querer entrar en el juego. Sin embargo, y aunque la afición le dio a entender que no había necesidad de alargar porque ya había demostrado todo, Ferrera le mostró un gran respeto, exprimiendo al animal hasta la última embestida. Pinchazo hondo y descabello para terminar recogiendo una gran ovación de agradecimiento a la entrega, la casta y el idilio de una tarde que quedará para la historia.  

Olivenza (Badajoz).- Cuarto festejo de la Feria del Toro 2022.- Toros de Victorino Martín Andrés para Antonio Ferrera. Algo más de tres cuartos de entrada.

Ficha del festejo:

Antonio Ferrera, oreja, ovación, oreja, oreja, dos orejas y rabo simbólicos (indulto) y ovación

Fotos: Raúl Valdivielso

TORO A TORO:

1º.- Ferrera corta una oreja a un respetuoso abreplaza que permitió al diestro deleitar los tendidos con los primeros compases de la tarde.

2º.- El diestro recoge una gran ovación de los tendidos tras plasmar una faena por ambos pitones a un astado al que supo medir las distancias. El segundo de Victorino tuvo menos fuerzas que su hermano. Tuvo que tirar de descabello  tras pinchar y una trasera tendida.

3º.- Al tercero lo templo por verónicas. El animal mostró en el caballo lo que pudo ser y no fue. Ferrera tuvo que tirar de casta para sacar agua de pozo seco. Pinchazo en la suerte suprema. Oreja a la entrega del diestro.

4º.- Devuelto, se ha partido el cuerno tras embestir al burladero nada más salir. Finalmente ha sido el sobresaliente Álvaro de la Calle quien ha dado muerte al animal.

Salió el primer sobrero tras el accidentado cuarto. El animal se veía bien por ambos pitones con un monótono capote. Por suerte, en la faena de muleta, el diestro se vació, dejando un toreo de frente que levantó los oles más profundos de los tendidos. Oreja tras una gran estocada.

5º.- Ferrera indulta a un extraordinario Victorino, de nombre "Madero", en una faena al más puro estilo del diestro.

6º.- Ferrera recoge la ovación tras una faena de entrega ante un rajado cierraplaza. El diestro quiso exprimir al sexto, pero la afición quedó satisfecha con el indulto del quinto.