Honradez de Rafaelillo en la hecatombe de Talavante
Toros de Adolfo Martín Andrés para Rafael Rubio Rafaelillo, Manuel Escribano y Alejandro TalavanteHonradez: "que actúa rectamente, cumpliendo su deber y de acuerdo con la moral." Así lo define la Real Academia Española, y así es como defino yo la tarde de Rafaelillo.
El murciano ha saboreado durante mucho tiempo la amargura de la profesión pero nunca se ha aminorado y siempre ha dado el do de pecho. Cortó una oreja en el toro que abrió plaza tras una faena poderosa, con pasajes destacados por ambas manos y bonitos cambios de mano. Curtido en mil batallas, salió airoso de la seriedad que imponía la cornamenta del Adolfo. Salió victorioso de la suerte suprema, ejecutada a la perfección y enterrando la espada en el mismo hoyo de las agujas. Estocada que bien puede ser premiada como la mejor de la feria.
Tenía entre abierta la Puerta de Alcalá, y él lo sabía y se fue a por ella ante un animal que acometió con mucha codicia en los primeros tercios pero que se afligió en la muleta. No obstante, dejó una faena cargada de identidad e integridad, pero no llegó a más. Honrada, así fue su tarde. Y así se lo agradeció Madrid.
La tarde de Talavante no fue la que habría podido imaginar ni soñar, ni tampoco lo que él hubiera querido. Pero su tarde cayó en picado, como un alud de nieve, como una hecatombe. "Suceso en el que hay muchos perjudicados o muchos perjuicios o situación que conduce a ellos." Así lo muestra la RAE y así vi su tarde. El primer perjudicado fue el propio diestro, que tras un tiempo retirado de los ruedos le está volviendo encontrar la senda que le lleve al camino de las tardes que tantas glorias nos ha dado. Pero no fue así, apático, sin rastro del que fue, y no solo en la tarde de hoy, sino también el cómputo de sus cuatros tardes se puede definir así. Se marchó en medio de una monumental bronca mientras llovían las almohadillas en señal de protesta.
Manuel Escribano completó su paso por Madrid queriendo torear sin poder a los Adolfos. Lo mejor, los últimos pares de cada uno de sus toros, dándoles ventajas y sin arrugarse. Se despidió del coso de Alcalá con una ovación cariñosa.
Por último, bien presentada la sería corrida de Adolfo Martín, a excepción del último, y con comportamientos dispares tuvieron los Albaserrada. Pero lo que uno no entiende es que cuando uno va a la plaza espera ver a esa ganadería, tanto de hierro titular como de sobrero. Pero hoy no fue así, se lidió como sobrero un Garcigrande en un cartel de Adolfo. Que sí, que puede ser muy difícil traer ocho toros a Madrid que sean aprobados y con el trapío y seriedad de Madrid, aunque este año han sido pocos... Pero si no es así, que menos que poner sobreros del mismo encaste que el hierro titular.
Ficha del festejo:
Toros de Adolfo Martín: 1° con recorrido con la cara a media altura; 2° faltó de transmisión y justito de fuerza; 3° con opciones, humillado; 4° de más a menos tras un buen tercio de varas, desarrollando peligro; 5° de poco recorrido, volviéndose sobre los tobillos; 6° inválido de los cuartos traseros, devuelto; 6° bis (Garcigrande) se empleó en el caballo, venido a menos desfondándose hasta pararse.
Rafaelillo: oreja y ovación con saludos.
Manuel Escribano: silencio y ovación con saludos.
Alejandro Talavante: leves pitos y bronca tras aviso.
Fotos: Álvaro Ramírez
TORO A TORO
"Mentiroso" abría la tarde y lo recibía la gente entre aplausos, al que el murciano Rafaelillo lo recibió estirándose con la capa y rematando con una media templadita. Dos veces al caballo, siendo la segunda vara de Juan José Esquivel la que cayó en mejor sitio. Discreto tercio de banderillas. Inicio suave por alto y sin apretar del diestro, pero el toro perdió las manos. Con la derecha, templado y jugando con las alturas de la muleta consiguió ligar dos tandas conseguidas rematadas ambas con un cambio de mano. Al natural, subió un punto la intensidad de la faena, con mayor recorrido el animal y toreando con los vuelos, pudiendo al de Albaserrada. Final de faena con la derecha, alargando la embestida del animal y rematando su obra con trincherillas y por bajo, muy torero. Estocada en todo lo alto, que solo con ella, era de premio, cayó sin puntilla. Oreja con aplausos al toro en el arrastre.
Atacado de kilos y con cierto recorrido en los compases iniciales del segundo de la tarde. Lo llevó Manuel Escribano al caballo recibiendo el de Albaserrada dos puyazos donde de dejó pegar. Quite por gaoneras de Talavante aplaudido. Tercio de banderillas protagonizado por el sevillano, en los medios y con un ultimo par destacado al violín donde el toro le venía al paso. Comienzo con la mano derecha a media altura, con buena colación y dejando muletazos con ritmo y templados ante un animal que le faltaba transmisión y algo de poder. Al natural, a punto de ser sorprendido la inicio, siendo este pitón el de menor recorrido. Midió bien la faena. Con la espada, dos pinchazos y estocada desprendida.
Alejandro Talavante dibujó dos verónicas muy templadas y cargando la suerte con los que se oyeron los "olés" de Madrid. Dos veces acudió al varilarguero, siendo en el segundo donde movió la caballo Miguel Ángel Muñoz dejando un bonito tercio. Bien con los palos "Fini", en especial el tercer par en toda la cara, con el que fue obligado a saludar. Inicio de faena al natural, con pausa y paciencia, de uno en uno. Tras ello, mayor ligazón por el derecho a pesar de algunos punteos. Vuelta a la mano izquierda, buscando la colocación entre natural y natural mientras soplaba el aire, y se marchó a por la espada dejando un pinchazo, estocada caída y media caída y golpe de descabello. Leves pitos con silencio al toro en el arrastre.
Ovacionado el cuarto de la tarde de salida, "Aviador II", al que realizó Rafaelillo una lidia sobre los pies recordando tiempos añejos. Buen tercio de Agustín Collado, especialmente el segundo encuentro donde se arrancó con brío desde la distancia y fue bien cogido. Discretos los banderilleros, destacando la lidia. Brindó al público. Le costó al toro embestir de inicio, quedándose parado y sin esa viveza mostrada anteriormente. Entega y disposición de Rafaelillo ante un prenda, que no tenía ni medio pase. Se la jugó el murciano, cruzándose de pitón a pitón, con la muleta atrás y queriendo triunfar. No había mucho más, se marchó a por la espada y dejó otra gran estocada tras un pinchazo. Ovación con saludos.
A la puerta de chiqueros se fue Manuel Escribano dejando una larga cambiada y tras ello unos lances a favor del toro. Primer puyazo al relance bien cogido y un segundo de medido castigo. Tercio de banderillas del sevillano, siendo el mejor par el tercero hacia los adentros y clavando en la cara. Brindis al público. Comienzo liviano con la derecha, mano donde estructuró prácticamente todo su faena, con tandas de uno en uno sin mucho eco, ante un toro que sabía lo que se dejaba atrás. Al natural, cierto punto más de recorrido del animal pero sin terminar de salirse de los engaños. Se la jugó en los instantes finales de la faena, siendo prendido pero sin consecuencias, estando entre los pitones del animal y mientras que el viento soplaba y molestaba. Enterró la espada entera algo trasera. Ovación con saludos y pitos al toro en el arrastre.
Se devolvió el sexto, de poca presencia y lastimado de los cuartos traseros. Salió el sobre de Garcigrande, alto y atacado de kilos, que tras un saludo capotero discreto se durmió en el peto en el primer puyazo, segundo trasero, donde empujó con la cara abajo, y se volvió a quedar dormido bajo el peto, teniendo que ser coleado por un monosabio. Comenzó por bajo con rodilla flexionada para tras torear con la mano derecha una tanda acompañando la embestida del animal que carecía de transmisión. Lo intentó al natural, llegando a la testuz del animal con los vuelos de la muleta pero el de Garcigrande no podía. No alargó y se marchó a por la espada aliviándose en la suerte suprema, con continuos pinchazos mientras se escuchaban gritos de "fuera, fuera", media suelta y golpe de descabello.
PROGRAMA DE MANO 4 JUNIO