Cristiano quiere ser torero

El salmantino Cristiano Torres cortó dos orejas a base de quietud, arrojo y autoridad ante un animal complicado de Sánchez Arjona, que lidió un magnífico ejemplar con el que demostró predisposición Borja Navarro.

Lo mínimo que cabe exigirle a un novillero es que muestre bien a las claras que quiere ser torero. “Estar en novillero” siempre fue la actitud que definió la voluntad de quienes querían abrirse paso, a veces atropellando la razón, pero siempre dejando patente que escalar peldaños y llegar a convertirse en matadores era lo que se pretendía. Cristiano Torres estuvo en novillero en Algemesí, y además con calidad. Lo suyo no fue pegar trapazos ni abusar de atrevimiento. No hubo tirones ni aceleraciones. El de Salamanca sabía lo que hacía y por qué lo hacía. Sorteó el animal más complicado del festejo y se le subió a caballo. No quería pasar. Se frenaba. Topaba. Pero fue arrastrado sin las dos orejas.

Cristiano se empeñó en iniciar la faena de rodillas. Tardó mucho tiempo en embestirle el astado, ocupado en derrotar contra un burladero. Cuando por fin se arrancó lo hizo cruzado y se le fue al pecho, pegándole una voltereta escalofriante. Pero no se arredró el chaval, que le plantó cara con determinación a base de firmeza, seguridad y autoridad. Se pegó un arrimón atornillado a la arena y con una colocación muy comprometida. Tragó. Se jugó la cogida en cada pase sin inmutarse, y todo sin perder las formas ni el empaque. Asustó al miedo y emocionó a los tendidos, que después de un estoconazo premió con merecimiento sus formas y su fondo.

También exhibió disposición y ganas de agradar Borja Navarro, que sorteó un novillo encastado que repetía incansable sus embestidas con transmisión y recorrido. Al valenciano le faltó bajarle la mano para llevarlo más sometido y ligar mayor número de muletazos en cada tanda, pero su falta de oficio la suplió con una actitud intachable. Con el estoque no estuvo afortunado.

Al resto de la terna pareció faltarle ambición y sobrarle conformismo. Nabil “El Moro” no acertó a dejarle la muleta puesta al primero de la tarde y a su labor le faltó ritmo. Tampoco tuvo intensidad el quehacer de Porta Mirave, sin el mando y la decisión que requería su antagonista. Se eternizó con los aceros y acabaron sonándole los tres avisos. Y Manuel Román desistió pronto de intentar ligar dos pases consecutivos ante un sobrero de Nazario Ibáñez que salía suelto tras cada muletazo.

El cartel anunciaba una novillada de Coquilla de Sánchez Arjona, que lidió dos primeros ejemplares manejables, con cierta aspereza y picante pero con transmisión. El cuarto resultó complicado y el quinto fue un magnífico animal con fijeza, prontitud y recorrido.

Algemesí, 27 de septiembre de 2022. 4ª de feria. Casi lleno. Erales de Coquilla de Sánchez Arjona, manejables 1º y 2º, complicado el 4º y encastado el 5º, y uno de Nazario Ibáñez, lidiado en tercer lugar como sobrero, manso.

Ficha del festejo:

Nabil “El Moro” (de Mar de Nubes), silencio tras dos avisos

Porta Mirave (de Huesca), pitos tras tres avisos

Manuel Román (de Córdoba), silencio

Cristiano Torres (de Salamanca), dos orejas

Borja Navarro (de Valencia), silencio tras aviso