SAN ISIDRO 2023

Castella abre la puerta grande en su reencuentro con Madrid

Sebastián Castella desorejó al cuarto de la tarde en una obra cúlmen de toreo, lo que le vale su sexta puerta grande en Madrid. Manzanares sale ovacionado con su primer toro y Aguado sin opciones en su lote
viernes, 19 de mayo de 2023 · 18:46

 

 

Novena de feria con un cartel de interés ante toros de Jandilla y Vegahermosa. Lleno en la plaza y el viento parecía que iba a respetar. 

Empezó Castella con un sin fuerzas abre plaza que le negó cualquier posibilidad. Pese a eso, el toro estaba muy bien presentado y cumplió en varas, humillando y empujando, pero desde el primer puyazo fue perdiendo las manos constantemente. No fue devuelto, pese a la petición en los tendidos y poco se puedo hacer en la muleta, dónde perdía las manos a la mínima que el diestro francés intentaba bajarle la muleta. Estocada trasera de rápido efecto, pitos en el arrastre y silencio. 

Pero el lío iba a venir con su segundo toro, el cuarto de la tarde, de nombre “Rociero”, era sin duda el toro más bonito y mejor presentado de la corrida. Inició frío, sin demostrar nada en los primeros tercios, pero todo empezó con la muleta del francés, una primera tanda a pies juntos pasándole la muleta por arriba, recordando a Joselito "El Gallo". Primera ovación en los tendidos y al toro se le veía al menos ligazón. Acopló la muleta a su mano derecha y empezó a torear, buen segundo y tercer pase, gran remate por pase de pecho que rompió en ovación. De pronto al toro se le veía en condición, buen embroque, metía la cara, seguía la muleta, claramente se había venido arriba. Volvió con la derecha, dos pases de gran profundidad hasta que se cambió de mano al muleta a mitad de tanda, ahí se vio el pedazo de pitón izquierdo que tenía la cara, como metió la cara, como humilló y como le metió el pase el francés. Remató con uno de pecho y la faena parecía estar apunto de romper.

No debió de ver el pitón izquierdo porque siguió con una tanda más con la derecha, le metió hasta cinco derechazos, a cada cual más hondo y profundo. Finalizó con un pase de pecho cumbre, hasta el rabo. Tendidos en pie. Empezaba a romper la faena, se olía la oreja pero el respetable no se esperaba lo que iba a pasar, ni el propio Castella. Y es que las dos siguientes tandas iban a volver un manicomio a la Monumental de Las Ventas. Al natural, como mandan los cánones. Se cruzó, metió un buen primer pase, paró. Dió el segundo, el tendido cantaba por olés, un tercero, más alto, rugió la plaza. El cuarto, despacito, por abajo, pasándose el toro por donde nadie se lo pasaría, en los tendidos ya había locura. Metió un quinto hondo, el mejor de toda la serie, se desgañitó la plaza, un pase de pecho rotundo a modo de remate y toda la plaza en pie, incluso el siete, si, ese siete que se tiró toda la faena gritándole de todo, si, ese siete que solo soltaba tonterías a un gran Castella, ese siete que no le quedó más remedio que rendirse ante la torería del francés. 

Le metió una última tanda al natural, por donde estaba claro que el toro era cumbre, no fue tan rotunda que la anterior, porque es imposible, pero fue de belleza y variedad. Metió dos pases bellísimos y profundos, uno de pecho, al que le siguió un remate por abajo, otro pase al natural y un remate de pecho dejando el desplante en la cara del toro. De nuevo el tendido en pie. Se fue a por el estoque, consciente de que la faena había sido de suma importancia, la mejor de su carrera. Le dió una última con la muleta por detrás, por donde el toro le pasaba cerquísima. Cerró con un natural muy armónico y un pase de pecho para entrar a matar. Y como entró, madre mía como entró Castella. Con todo y ante todo, estocada en todo lo alto, cayó rodado el toro y petición unánime de dos orejas, esta vez sí, puerta grande de ley. Ovación en el arrastre.

Con ganas de volver a lo que un día fue, vino Manzanares a Las Ventas, se encontró con su primer toro un animal con poca gracia y salero en los primeros compases de la lidia, de hecho perdió las manos un par de veces. Aún así fue de menos a más y Manzanares construyó una faena muy meritoria. Arrancó por la derecha, donde le dió un segundo pase buenísimo que se deslució al perder las manos en el siguiente lance. Volvió a la derecha, otros dos pases de categoría y un remate de pecho precioso. Todo esto ante las críticas de cierto tendido por su colocación, que llegaron a ser insoportables, sin dejar seguir con la lidia a Manzanares. Aún así lo siguió intentado con otra tanda por la derecha con dos pases muy buenos y un remate que fue una caricia.

Lo probó al natural, por el pitón izquierdo y el toro confirmó lo que se le vió en los primeros tercios, mucho cabeceo, poco embroque y sobretodo, perdió las manos al tercer pase. Así que el bueno de Manzanares dijo nada, por la derecha e hizo bien. Vino lo mejor de la faena, tres derechazos enormes, cantados por los tendidos y un pase de pecho que deslució al perder las manos. Volvió con la derecha, ya que el toro, pese a perder las manos, seguía y seguía empujando, vinieron otra tanda de cuarto pases armónicos y perfectos. Cerró con otro pase de pecho, en el cual, volvió a perder las manos. Tras eso fue a por la espada, dónde un bajonazo le quitó cualquier opción de algo más. Ovación con saludos.

Con el quinto de la tarde se encontró con un toro sin raza ni fuerza alguna que le dejó sin cualquier opción de triunfo. Lo único el positivo el buen saludo con el capote, por verónicas. Estocada tras pinchazo y pitos en el arrastre. 

Pablo Aguado se encontró con el peor lote posible, de primeras un toro completamente inválido que el presidente no se atrevió a devolver. Perdió las manos en las dos veces que entró al caballo, tanto de entrada como de salida. Quejas al toro y petición de pañuelo verde que fue desatendida. En la muleta más de lo mismo. A la mínima que se le ligaban dos pases, el toro perdía las manos. Además de la poca calidad en las embestidas. Con la espada, media trasera de efecto inmediato. Pitos en el arrastre, silencio para Aguado y bronca fortísima para la presidencia. 

Y con el otro de su lote, el único de Vegahermosa, más de lo mismo, un toro sin opciones, de nulo lucimiento, que cerró la plaza. Ni un pase tuvo y eso que alargó de más la faena Aguado, intentado sacarle algún pase. Cuarto pinchado y aviso. Silencio y pitos en el arrastre. 

Esto fue la novena de San Isidro, segunda puerta grande de la feria, en una faena de bandera. Destacó el pobre juego que dieron los cinco toros, saliendo todos menos dos entre pitos. Todos dieron la misma muestra, sin fuerza alguna y eso que más de uno tenia mucha calidad en las embestidas, sobre todo el quinto. Una pena que duró lo que duró. Olé por Castella que se merece está puerta grande en su vuelta a Madrid, tras tres años de descanso.

 

Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid).- Noveno festejo de abono de la Feria de San isidro 2023, cuarta cita de "No hay billetes". Cinco toros de Jandilla y uno de Vegahermosa (6º) para Sebastián Castella, en su temporada de regreso a los ruedos, José María Manzanares y Pablo Aguado. Comienza a las 19 horas retransmitido en directo por las cámaras de Mundotoro TV.

Ficha del festejo:

Sebastián Castella, silencio y dos orejas

José María Manzanares, ovación con saludos y silencio 

Pablo Aguado, silencio y silencio 

 

Fotos: Bartolomé Bernal

 

PROGRAMA MANO 19 MAYO

 

ASÍ HA SIDO NUESTRO TORO A TORO

Sin opciones Castella ante el sin fuerzas abre plaza. Toro muy bien presentado y que cumplió en varas pero fue protestado tras perder las manos continuamente después del primer puyazo. No fue devuelto por falta de fuerzas, ante la petición de los tendidos y poco pudo hacer con la muleta, dónde a la mínima que le forzaba el diestro se le iban las manos. Estocada trasera de rápido efecto. Pitos en el arrastre.

Ovación con saludos para Manzanares tras una faena de mérito. Faena de menos a más ante un toro, que parecía nulo de todo, pero demostró ligazón y calidad por el pitón derecho, por el izquierdo no tenía nada. Muy justito de fuerzas venía el de Jandilla perdiendo las manos en varias veces, de ahí el mérito de Manzanares, que dibujó una meritoria faena por el pitón derecho. Por donde le sacó todo lo que tenía en tres tandas seguidas y de mérito aunque deslucidas al final en el pase de pecho, donde perdía las manos siempre.

Sin opciones Pablo Aguado ante un inválido toro que debió ser devuelto. Perdió los manos tras los dos puyazos, se le vio sin fuerzas en banderillas y toda la plaza le pidió el pañuelo verde, aún así el presidente decidió no devolverlo y en la muleta se vio lo que estaba claro, un toro sin fuerzas que a la mínima que se le bajaba la mano o se le daban dos pases seguidos, perdía las manos. Media trasera de efecto inmediato. Pitos en el arrastre, silencio para Aguado y bronca a la presidencia.

Castella desoreja al cuarto de la tarde con una faena cumbre. Rotunda faena, de menos a más, de Castella, cumbre el torero que cuajó un faenón con tandas que levantaron a las ventas, la primera con la derecha, de gran valor, otra por la derecha, con cambio de mano al pitón izquierdo que fue cumbre, otra con la derecha que levantó a la plaza. Pero lo mejor vino por el pitón izquierdo, cumbre de Castella por ahí, con dos tandas rotundas que hicieron levantar los tendidos. El final por detrás fueron de emoción y la estocada, en todo lo alto, dos orejas de ley y unánimes. Cumbre Castella. Ovación en el arrastre.

Silenciado Manzanares ante el soso adversario. Poco pudo sacar ante un toro que de calidad era bueno pero no tenía apenas fuelle. Buen saludo capotero, por verónicas, lo más destacable de la faena. El resto pases sin transmisión ni ligazón. Estocada tras pinchazo.Pitos en el arrastre.

Sin opciones Aguado que sorteó el peor lote. Nulas opciones de lucimiento ante ese sin fuerzas cierra plaza de Vegahermosa. Ni un pase tuvo y faena alargada de más. Cuatro pinchazos y aviso. Silencio y pitos en el arrastre.