Eterno Ponce y Nek el relevo
Ponce pidió el sobrero y firmó una magna faena. Nek Romero asusto al miedo y dejó sus credenciales de futuro. Talavante realizó una vistosa faena. Todo ante una deslucida corrida de Garcigrande y Juan Pedro







































Se marchaba un mito consagrado y llegaba un proyecto ilusionante. De valenciano a valenciano, Ponce cedía el testigo a Nek en una emotiva ceremonia de alternativa que fundía pasado, presente y futuro de la tauromaquia. Uno lo ha sido todo en el mundo de los toros, el otro tiene condiciones para ser torero importante. El 9 de octubre de 2024 es ya la fecha de una despedida histórica. El tiempo dirá si se produce el milagro y también es recordado como el día de la llegada de un nuevo prodigio. Por lo acontecido sobre la arena, todo indica que puede serlo.
Desde que tomó la alternativa en las Fallas de 1990, Enrique Ponce ha hecho 106 paseíllos en la plaza de Valencia, en los que ha sumado un total de 118 orejas y 40 salidas a hombros con todo tipo de toros y de encastes. Pero lo realmente importante no son sus apabullantes estadísticas, que también lo son. Lo primordial es la significación que ha tenido para Valencia y para los anales de la tauromaquia.
Decía adiós a los ruedos europeos un grande del toreo y un señor fuera de los ruedos. Un diestro trascendental y un hombre de palabra. Un ejemplo para coetáneos y nuevas generaciones. Y lo hizo por la puerta grande del coso de su Valencia y también por la puerta grande del honor, la que se abre para aquellos que triunfan más allá de las frías fichas de cada festejo. Una suerte para quienes hemos tenido la dicha de disfrutarle, un privilegio para quienes nos hemos emocionado con él.
Al final el eterno Enrique Ponce abandonaría el ruedo como merecía, rodeado de aficionados y de toreros, con fuegos artificiales de fondo y la emoción inundando la Valencia taurina.
Pareció no querer embestir el primero de su lote, pero las manos del maestro volvieron a obrar el milagro del convencimiento. Sin brusquedades, sin imposiciones, susurrando con una muleta templada y sedosa, con tanta insistencia como seguridad. Y la labor fue creciendo en intensidad hasta que los olés sonaron al unísono. La estocada cayó desprendida pero fue fulminante, y la oreja no se hizo esperar.
Se iba a despedir con “Bisutero”, y tras brindar a su padre inició un trasteo imposible a un toro imposible, totalmente agarrado al piso. No merecía ese final en su casa el de Chiva, y pidió el sobrero.
“Triquiñuelo”, número 221, un castaño de 505 kilos de Juan Pedro, fue definitivamente el astado del adiós. Bueno el toro, y excelso el torero. Tres tandas de derechazos verdaderamente en redondo, enroscándose al cuerpo cada viaje del animal, rematados con terrenos pases de pecho. Ligados y nítidos los naturales, y elegante y sutil en un final por abajo repleto de torería, todo rematado con tres poncinas que pusieron a la plaza en pie coreando “torero, torero”. La estocada en todo lo alto era la rúbrica que merecía tal obra, pero sorprendentemente el toro no se echó y tuvo que descabellar. Aun así fue premiado con el doble trofeo, el que hacía justicia con su tarde y, sobre todo, con su trayectoria.
Nek Romero tomaba la alternativa con “Pisaverde” de Garcigrande, marcado con el número 506 y negro de capa, que salió muy suelto en el recibo y no le dejó lucirse. Brindó a su hermano e inició por abajo su primera faena, aguantando sin inmutarse un parón de infarto que ponía a prueba su valor. Le costó un mundo continuar embistiendo al astado, pero ni tal circunstancia ni el molesto viento pudieron con la férrea voluntad del toricantano, que tragó lo indecible atornillado a la arena para robarle un manojo de muletazos que parecían imposibles. Se la jugó en las ajustadas manoletinas finales poniendo el corazón en un puño a los espectadores y luego pinchó antes de enterrar el estoque y aún tener que descabellar.
No tenía intención de moverse el sexto, pero Nek le provocó con autoridad en los medios, sin importarle el molesto viento que hacía flamear su muleta. Y le arrancó media docena de medias embestidas, muchas de ellas quedándose parado a la altura de la taleguilla sin que al de Algemesí pareciera importarle lo más mínimo. Aguantó una y otra vez impávido y volvió a resecar las gargantas del público. Resolvió con soltura momentos de apuro e imprimió variedad a su quehacer. Todo con el máximo compromiso y la mejor actitud, pero la espada se le volvió a atragantar. Un pinchazo precedió a un intento de matar sin muleta antes de la media estocada definitiva.
Talavante dejó crudo en varas al tercero de la tarde, que aún así embistió al paso. Pero el extremeño convirtió ese defecto en virtud para su toreo, a ralentí, enroscado, limpio, por momentos largo y sentido. Una sorpresa cada vez que eso sucedía, un crujido, un pellizco. Mató de estocada desprendida y el animal cayó rodado. El quinto tuvo las fuerzas y la casta bajo mínimos, y resultó imposible hilvanar dos pases consecutivos.
Ficha del festejo:
9 de octubre de 2024, Valencia, festividad de la Comunidad Valenciana. Lleno. Tres toros de Garcigrande (1º descastado, 2º manejable y 3º colaborador) y cuatro de Juan Pedro Domecq (4º manso, 5º descastado, 6º desrazado y 7º bueno).
Enrique Ponce, que se despedía: oreja tras aviso, saludos y dos orejas tras dos avisos.
Alejandro Talavante: oreja y silencio.
Nek Romero, que tomaba la alternativa: palmas tras dos avisos y vuelta al ruedo.
Cuadrillas: Se desmonteraron Ambel Posada tras banderillear al 5º, Víctor del Pozo en el 7º y Fernando Sánchez en el 2º, en el 4º y en el 7º.
Incidencias: Tras romper el paseíllo, sonaron los himnos nacional y regional, interpretado en directo desde el ruedo por Francisco. La peña Enrique Ponce de Chiva hizo entrega a su titular de un recuerdo en conmemoración de tan significativa fecha. Enrique Ponce vistió de blanco y plata con remates negros, un terno igual que el de su debut con picadores. Nek Romero vistió de nazareno y oro con un bordado de ramitas de romero.
Fotos: @EnfoqueTaurino
Sorteo:
Todo está ya preparado en la Plaza de Toros de Valencia para acoger la cita histórica de esta tarde, corrida de toros con motivo del Día de la Comunidad Valenciana en la que Enrique Ponce dice adiós a los ruedos españoles. Tomará la alternativa el valenciano Nek Romero y completa la terna Alejandro Talavante para lidiar toros de Juan Pedro Domecq y Garcigrande.



