Roca Rey y “Leguleyo” desbordan Valencia de emoción

El punto álgido de la tarde, y de lo que llevamos de feria, se produjo en la lidia al tercero, un extraordinario animal que aunó virtudes como la fijeza, la prontitud, el recorrido, la entrega y la transmisión. Se llegó a pedir el indulto para él, pero apenas se había empleado en el tercio de varas, y eso imposibilitaba su indulto. Es algo que los buenos aficionados saben pero que los nuevos públicos desconocen. Es algo llamado cultura taurina que no debe perderse. Es algo que los más antiguos deben trasladar a los más noveles. Es algo fundamental para que la exigencia le dé sentido y valor a la tauromaquia. Todo sin quitarle un ápice de categoría a “Leguleyo”, el magnífico toro que hizo tercero.

Jandilla lidió además dos ejemplares notables, sobre todo el primero, porque el sexto de vino abajo pronto. De la terna salió triunfante Roca Rey. Manzanares aprovechó el único astado que le dio posibilidades y Talavante se estrelló contra un lote imposible.

No pareció estar sobrado de fuerzas el que abría la tarde, y tampoco hizo presagiar buenos augurios las pérdidas de manos del inicio de faena. Manzanares le recetó temple en una labor basada sobre la mano derecha en la que los muletazos no pudieron resultar muy profundos pero en los que imprimió su personal estética. Lo mejor, sin duda, varios pases de pecho enroscándose las embestidas y rematando en la hombrera contraria. Mató en la suerte de recibir de estocada contraria y a sus manos fue a parar la primera oreja del festejo.

El cuarto no le ayudó lo más mínimo. Protestón, de embestida desigual, de escaso viaje… Porfió el alicantino con él intentando limar sus asperezas, pero fue misión imposible.

Con tres faroles en pie en el tercio recibió Talavante al primero de su lote, que pronto perdió fuelle en la muleta quedándose muy corto y derrotando. Manseó en los primeros tercios el quinto, y embistió calamocheando con violencia a la franela del extremeño, que nada pudo hacer.

Roca Rey inició su quehacer con dos pases cambiados por la espalda de rodillas en el centro del platillo, y ya nadie perdió ojo de una faena comprometida y variada en la que siempre intentó llevar sometido al buen Jandilla, lo que logró especialmente sobre el pitón izquierdo, firmando naturales largos y mandones con la muleta muy baja. Abrió más el compás para torear en redondo y obtener el mismo resultado. Poder y torería, seguridad y exigencia, también en los circulares finales. La plaza se volvió un manicomio y comenzó una fuerte petición de indulto para “Leguleyo”, que así se llamaba el magnífico ejemplar que había cumplido lo justo en el caballo. Tuvo que entrar a matar el peruano y dejó una estocada corta que fue suficiente. Y las dos orejas fueron de justicia.

Al sexto lo recibió con una larga cambiada de rodillas a portagayola, signo inequívoco de su ambición. A continuación le recetó un manojo de chicuelinas muy ceñidas de manos bajas en el centro del ruedo. El trasteo lo inició por estatuarios para comprobar que el animal tenía recorrido y que repetía. Le endosó entonces dos tandas, una por cada pitón, largas y exigentes. Lo acusó el Jandilla marcando querencia a tablas. Un final variado, cambiándose la muleta de mano, volvió a enloquecer a la plaza. Una nueva estocada corta dio paso a la concesión de una oreja más.

Ficha del festejo:

Domingo 17 de marzo de 2024. Valencia, 8ª de la feria de Fallas. Lleno de “no hay billetes” Toros de Jandilla, el 4º con el hierro de Vegahermosa, deslucido. 1º encastado, 2º descastado, 3º extraordinario, de nombre “Leguleyo”, premiado con la vuelta al ruedo. 5º manso. 6º manejable pero a menos.

José María Manzanares: oreja y silencio

Alejandro Talavante: silencio en ambos

Andrés Roca Rey: dos orejas tras aviso y oreja tras aviso

Cuadrillas: Excelente brega de Ambel Posada en el segundo.

Fotos: @enfoquetaurino