FESTEJOS
Bocairent abre la temporada valenciana
Plaza de toros de Bocairent. Aceptable entrada en mañana soleada, ventosa y fría. Erales de Sánchez Arjona, encaste Coquilla, bien presentados y de buen juego en general, aunque con su punto de exigencia. Destacó por su calidad el tercero, Chapinero de nombre. Daniel Artazos, de la escuela de tauromaquia de Valencia, silencio. Olga Casado, de la escuela de Madrid, saludos tras aviso. Rodrigo Cobo, de la escuela de Colmenar Viejo, dos orejas. Jaime Torija, de la escuela de Guadalajara, dos orejas. Amaro Lidoy, de la escuela de Huesca, ovación. Entre las cuadrillas lució con palos Bruno Gimeno y Hugo Masiá y en la lidia Juan Alberto Torrijos. Presidió la concejala Mari Luz Pascual asesorada por Ximo Morales.
Comenzó la temporada de la provincia de Valencia en la plaza de toros de Bocairent, con una clase práctica con participación de alumnos de las escuelas de tauromaquia. Bocairent sigue siendo una plaza de gran actividad en la provincia.
Mañana soleada aunque fría y ventosa, pese a lo cual se congregaron en el ensolerado coso un elevado número de aficionados.
Los novillos de Sánchez Arjona sirvieron para calibrar las aptitudes de los alumnos. Encastados, con movilidad y su punto de exigencia, sobrados de matices, no rompieron más debido al pésimo estado del piso plaza.
Bien presentado el primero, que se desplazó aunque le costó entregarse y sacó sus complicaciones, ya que no dejó de sorprender a su matador. Más largo el segundo, que tuvo buen tranco y motor y siempre quiso, aunque con el defecto de tener cierta tendencia a salirse suelto con querencia a los terrenos de adentro y sobrado de temperamento. Con mucho lustre y cuajo el tercero, Chapinero de nombre, que humilló y metió la cara ya de salida con derechura y raza. Fijeza, clase y transmisión fueron los ingredientes del juego de un excelente ejemplar.
Más recortadito pero sobrado de lustre el cuarto, repetidor y humillando, aunque quizá le faltó un tanto así de entrega. Y vareado y más zancudo el que cerró plaza, que también tuvo recorrido y duró mucho.
Daniel Artazos, de la escuela de tauromaquia de Valencia, lanceó con buen son. Luego muleteó con tesón, en una labor por los dos pitones en la que templó por momentos. Su trasteo, siempre por la línea de la voluntad, no terminó de tener una clara línea argumental y no tomó vuelo. Ovación.
Olga Casado, de la escuela de Madrid, es torera de excelente porte y planta. El año pasado ya gustó en esta misma plaza. Manejó el capote con lucimiento y, a pesar de ser muy molestada por el aire y el mal estado del piso, supo dejar la muleta en la cara de su oponente y sacarle series de excelente trazo. Resultó volteada, pero no se arrugó. Su faena de compostura y buena expresión, se prolongó en demasía y resultó de muy largo metraje. Ovación.
Rodrigo Cobo, de la escuela de Colmenar Viejo, lanceó con mucho gusto a la verónica, acompasado y expresivo. Y rubricó un trabajo de buen por los dos pitones. Dos orejas
Jaime Torija, de la escuela de Guadalajara, saludó con una larga a su primero, al que le dio dos cadenciosos lances y una excelente media. Banderilleó con espectacularidad y acierto y con la muleta se mostró solvente y sobrado de sitio. Dos orejas.
Y Amaro Lidoy, de la escuela de Huesca, muy nuevo y en agraz, suplió su bisoñez con generosas dosis de entrega y actitud. Sufrió tres seria volteretas que no le amilanaron aunque le dejaron muy resentido, terminando desbordado. Se justificó. Ovación.