SEVILLA
Daniel Luque alteza del toreo, por la Príncipe
Daniel Luque abre la Puerta del Príncipe y Urdiales y Talavante cortan una orejaCorrida de juego variado de Núñez del Cuvillo, destacando del conjunto el primero y el segundo. Al resto les han faltado cosas, raza, viniéndose a menos en el último tercio. Tuvieron movilidad algunos y teclas. Interesante en una palabra y de “todo como en botica”. Muy torera y seria actuación de Diego Urdiales, que ha dejado una faena -la del primero- con mucho sabor; disposición y frescura de Alejandro Talavante, y rotunda tarde, con medios toros, de Daniel Luque, demostrando el momento dulce –así lleva muchas temporadas- por el que atraviesa su carrera en la actualidad, culminada con la salida a hombros por la Puerta del Príncipe.
1º.- Nº 45 “Pantomino”: Abrió plaza un toro bajo, con cuello pero justo de presencia. Tras correr el ruedo con ímpetu, lo recibió el maestro riojano esbozando varias verónicas con expresión, pero sin redondear el saludo. El Cuvillo empujó para dentro por el izquierdo. La suerte de varas casi inexistente en sus dos entradas al peto. Muy justo el primero de poder –fuerza- durante la lidia. Brindó a Rancapino chico. Urdiales se la presentó muy suave, para que la tomara “Pantomimo” con facilidad. Respondió el abreplaza sacando fondo y nobleza en una serie de mucha naturalidad. A partir de ahí, torería de Diego con un toreo de inspiración y sedoso. Toreó con la barriga de la muleta -por ambos- con cadencia y el mentón hundido en el pecho. Sorpresa de un toro -noble y entregado- que sacó lecho de raza y personalidad singular en una preciosa faena de Urdiales que remató con espadazo por arriba. Oreja tras una faena llena de belleza.
2º.- Nº 26 “Polvorillo”: Un toro aún más justo de presencia que el anterior. Astado de perfil anovillado. A éste, Talavante lo trató de inicio con el percal con soltura ante una embestida a media altura. Pasó sin más y aquello dijo poco. Otra suerte de varas sin castigo en sus dos encuentros en el caballo. Quite de Luque por chicuelinas ajustadísimas y apretadas por ambos. A pesar de no castigar en varas sangró hasta la pezuña.
Personal inicio del extremeño con suavidad, sello y ligazón. Se tiró de rodillas en esa serie para comenzar su inventiva. El cambio de manos en la siguiente fue una maravilla de inspiración que duró un mundo. Alejandro trazó largo -casi circulares a derechas- con exigencia y muñecas rasgadas. Un viaje hacia atrás, profundo y dormido en una longitud del muletazo para la cadera que extendía una embestida cosida en el trapo rojo. Talavante se encontró con otro bueno que destapó fondo y nobleza al que toreó justo y medido en una labor de abultado temple y mucha calidad. Espadazo en todo lo alto. Oreja para la inspiración de Talavante.
3º.- Nº 25 “Ricardillo”: Más hecho -serio- el tercero que los hermanos anteriores. Tremendo saludo de Luque a la verónica ganando terreno que llegó a los medios. La Maestranza respondió al buen capote de Daniel. Compendio a pies juntos, y compás abierto, con un ‘bambeo’ de muñecas de auténtico lujo. Otro más -tres- que se cuidan en el peto. Tras salir del jaco, nuevamente el de Gerena le suelta varias lapas de cartel y una chispa ‘corrida a una mano’ de esplendor. Dos quites a este Cuvillo que respondió con entrega y recorrido. Uno de Urdiales variado y otro de Luque con sevillanía. -La duda sería sí aguantaría el toro hasta el final-. Iván García lo bordó con las banderillas y saludó montera en mano, junto a Jesús Arruga.
Brindó a los micrófonos de Tv. El inició al paso e imponiendo su criterio con regusto. En la segunda tanda, el toro empezó a soltar la cara, defendiéndose al embestir que deslució ese pasaje. Sin embargo, cambió de manos para cimentar una serie al natural con el toro embebido y crujiéndolo por abajo. Temple y verticalidad, aguantando a un toro que embestía al paso. Otra más plena de torería y belleza con un Luque mandón y exprimiendo a su oponente que sacó menos poder que los demás. Epilogó metido entre pitones y finalizó con una sutileza preciosa. El sevillano estuvo muy a gusto, personalidad, dulzura, poder, elegancia, estatus… ante uno que se dejó con nobleza y que duró lo justo. Espadazo -posible premio de jurados- sin puntilla y oreja.
4º.- Nº 228 “Cencerro”: Similar astado a su hermano tercero al que Urdiales lanceó con garbosidad en su recibo con la tela rosa. Con éste, y van cuatro, la suerte de varas sin pena ni gloria. Brindó a la Maestranza.
El de Arnedo comenzó mandón por abajo -recortes y trincherillas- sacando el toro más allá del tercio. Protestó el toro en esos compases iniciales. Prosiguieron acometidas irregulares a las que Urdiales trató domeñando las teclas de un astado que embistió mejor en sus manos. Hubo un toreo al natural exquisito y sentimental, -pinceladas caras- incluso hasta profundo, tirando de un toro que no quería seguir la muleta. Faena -asentada- y bien estructurada con un maestro despejado y metido en su notable obra. Ovación con saludos.
5º.- Nº 126 “Arrojado”: Fue el más cuajado de todos los Cuvillos. Al quinto Talavante, lo recogió por afarolados y verónicas de gran expresión. Un toro que recordó por hechuras al arrojado que Manzanares indultó en Sevilla. La lidia de Javier Ambel fue impecable y aplaudida por la parroquia. Ayudó el bueno de Ambel a romper para adelante al segundo del lote. Brindó a Sevilla para comenzar de rodillas conjugando la exigencia y la estética vertical.
Un inicio de chispazos explosivos que pareció jugar al toro por la naturalidad con la que lo hizo -la difícil facilidad de lo extremadamente difícil- Talavante tuvo delante un toro –soltó la cara- con teclas que no quería obligaciones -algo protestón- y sí acompañamiento al pasar. Alejandro lo muleteó por ambos -como quiso- en una labor sin encorsetamientos ni preconcebida, donde la magia del toreo se hizo presente. Sacó movilidad, chispa a la que el extremeño impuso muñecas sueltas y fantasía. Un pinchazo eliminó la más que posible oreja que tenía en el bolsillo. Ovación.
6º.- Nº 201 “Contento”: Bonito astado -jabonero sucio- para cerrar una interesante corrida de Cuvillo en su conjunto. El sexto no colaboró al saludo capotero al tirar la cara arriba en cada lance. Buena suerte de varas de Javier García a un toro que empujó con claridad. Dos puyazos equilibrados. Brindó en los medios al Baratillo.
Elegancia y cadencia en la primera tanda de Luque con un ritmo y temple enormes. Todo ante uno que venía entregado pero al que había que pulsar en alturas y lo hizo con sabiduría. Daniel construyó más a izquierdas por donde el natural -con teclas todo su quehacer- fue al son de la belleza y la madurez. Le tragó parones y dudas, además de una acometida medida -corta- a la que se impuso con capacidad, seguridad y dominio. Tremendo, gigantesco Daniel que se sacó de la manga una faena que nadie vio salvo su prodigiosa sabiduría. Arrimón final y desplante monstruoso para levantar a Sevilla, que se rompió con su nueva alteza del toreo. ‘Embistió’ Luque y arrancó a ley dos orejas que lo suben al trono del toreo.
Real Maestranza de Caballería de Sevilla (Sevilla).- Quinto festejo de pre-feria de Abril 2024. Tres cuartos de entrada y con mucho calor Toros de Núñez del Cuvillo para Diego Urdiales, Alejandro Talavante y Daniel Luque.
Ficha del festejo:
Diego Urdiales, oreja y ovación con saludos
Alejandro Talavante, oreja y ovación
Daniel Luque, oreja y dos orejas
Incidencias: Iván García y Jesús Arruga, saludaron en el tercero. Buena suerte de varas de Javier García al sexto.
Fotos: Arjona