GRANADA

Pablo, me debes un reloj nuevo

Puerta grande de El Fandi que cortó dos orejas al segundo toro de Victoriano del Río de su lote. Oreja por coleta para Roca Rey y Aguado
viernes, 31 de mayo de 2024 · 22:18

Fatiguita pasada, repuesto al 100%, con el estómago asentado y con ganas de ver una tarde de toros sin que me corrieran sudores fríos por la espalda; y van y meten al Fandi como sustituto de Manzanares. Díganme si esto está pagado o es una broma mala.

En fin, pero yo vengo aquí, sobre todo, a contarles que Pablo Aguado me debe un reloj, no a darles mi parte médico.

Yo no sé cómo lo hace el sevillano, que cada vez que lo veo torear, salgo de plaza necesitando un reloj nuevo. Imagínense lo que hace con el capote para parar el tiempo y los relojes de esa manera.

Con los dos toros que le tocaron en suerte pudo emplearse Aguado a la verónica. Más con el primero que con el segundo, eso sí.

Al primero de su lote, tercero de la tarde, le cascó un manojo de verónicas con el que se despertó completamente la misma plaza que dormitaba viendo cómo en sus primeros toros, ni Fandi ni Roca Rey habían dado el espectáculo esperado. Ya en la muleta, la faena se vino a menos, dejando destellos de impecable calidad a los sones de Concha Flamenca. Tras pasaportar al toro de una estocada algo trasera, se cobró Aguado la primera oreja de la tarde.

De igual modo recibió Pablo al cierraplaza, aunque esté sin embargo, no permitió tanto lucimiento en los primeros compases de su lidia. Derribó el toro al caballo de picar, y tras un buen tercio de banderillas, brindó la faena el sevillano al respetable. Una obra de arte en su máximo esplendor, donde Aguado gustó y se gustó, pero ay, un primer intento del toro por cogerle – que casi acaba mal -, y un tropezón del torero ante la cara de su oponente, obligaron al sevillano a irse por la espada y cerrar así su faena. Dejó una media estocada y se le atravesó el descabello, cerrándose la tarde en Granada con una importante división de opiniones.

Lo más destacado de la tarde – destacado en lo estadístico, que no en lo artístico – lo dejó el Fandi ante el 4° de la tarde. El torero local, triunfador en la primera de abono, no quiso hoy tampoco desperdiciar la generosísima ocasión que le brindaba la empresa. No se empleó demasiado el toro en el recibo de capote; sí que lo hizo algo más en los quites: chicuelinas, tafalleras, gaoneras… Y sabe Dios qué otros, que a mí me sacan del toreo despacito a la verónica y me pierdo. Enésimo espectáculo el que dejó en el tercio de banderillas, dejando cuatro pares con un público totalmente entregado. En la muleta no estuvo mal el Fandi ante un excelente toro, pero claro, a todos nos queda la duda de qué habría pasado si el toro hubiera caído en otras manos. Atajó pronto – quizás demasiado – con la creciente petición de indulto que comenzaba a asomar cuando se fue el torero a por la espada de matar, y quizás por querer acallar la petición rápidamente, entró a matar casi sin cuadrar al toro. Tras una estocada fulminante al segundo intento, se llevó las dos orejas de un toro que, para sorpresa de nadie, no fue premiado con la vuelta al ruedo. Indultos sí, vueltas al ruedo ya si eso para otro día. Granada de mi alma, qué pérdida estás.

Ante el primero de la tarde, fue más que consciente el Fandi de que la mayoría de los más de 9.000 espectadores que se habían congregado en la plaza, no habían ido a verlo a él, sino a Roca Rey, por lo que desde el primer momento intentó estar quizás algo más “torero” de lo que acostumbra. Muy follonero – no me malinterpreten – pero más torero. Tras unos primeros tercios poco destacados, quiso el Fandi realizar una faena algo más exigente de lo normal, bajando mucho más la mano y sometiendo más al animal. Logró una faena, como les digo, más torera que de costumbre, pero la espada volvió a jugarle una mala pasada. Dos pinchazos, media estocada, varios descabellos… Y aún así hubo pañuelos en los tendidos.

De Roca Rey, sinceramente, hay poco que decir. Más de uno dirá que eso se debe a la manía que le tengo, pero es que su paso por Granada ha sido un mero trámite.

Al quinto de la tarde le cortó una oreja que ni él mismo se esperaba, puesto que en la muleta dejó dos muletazos por bajo – bonitos, no digo que no – y se fue por la espada. Una estoca muy defectuosa y el recuerdo del quite que hizo con el capote a la espalda, le sirvieron para cortar la que es, seguramente, la oreja más barata que se va a ver esta feria. Para que se hagan una idea del nivel, un señor que estaba dos filas delante de mí, sacó el pañuelo antes de apuntillarse el toro, lo sacudió como un loco pidiendo la oreja, y cuando la concedieron, se quejó porque no la merecía. Caballero ¿Qué está usted haciendo?

El segundo toro fue espantoso, y tampoco se le hicieron las cosas bien. No dijo absolutamente nada de salida, se le picó mucho y mal, y por si fuera poco, cuando ya estaba el toro pidiendo la hora, sale Roca con el capote a la espalda para hacer quites. Pues nada, un toro menos. Brinda al público (¿pa qué?), intenta fijarlo en la muleta, y el toro que no quiere más que tablas. Dos tandas notables y el toro más aburrido que la mayoría público. Arrimoncito de propina, dos pinchazos y un bajonazo infame. Leve ovación para Roca y pitado el toro.

 

Granada (Granada).- Segunda de abono de la feria del Corpus. Toros de Victoriano del Río, bien presentados en general y de juego variado, destacando el cuarto, al que se le pidió el indulto y merecedor de la vuelta al ruedo. Tres cuartos largos de entrada.

Ficha del festejo:

El Fandi: leve petición tras aviso y dos orejas

Roca Rey: Leve ovación y oreja.

Pablo Aguado: Oreja y división de opiniones tras aviso.

Texto: Nacho Raso - Torolive

 

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