Fernando Adrián triunfa en corrida amable en Saint-Sever

Se esperaba mucho de los toros de Santiago Domecq, ganadería de máximo postín tras sus clamorosas corridas en Sevilla y Madrid. El trapío exigido para una plaza como la de Saint-Sever obviamente no es el mismo. La corrida fue muy agradable de hechuras y poco armada. Pero bueno, si luego los toros embisten, si son bravos de verdad, nos olvidamos de ello. Resultaron muy blandos, queriendo embestir pero faltos de fuerza y sosones en conjunto. No hubo uno solo con una embestida vibrante.

El mejor lote le tocó a Fernando Adrián. A su primero, terciado, apenas se le señaló el puyazo. Pero su matador había visto en él nobleza y bondad. El inicio de faena, de rodillas, fue sensacional. Con temple condujo les embestidas del burel en muletazos muy largos y sentidos Bajó un poco de intensidad la faena cuando se puso de pie pero Fernando logró hilvanar pases por ambas manos de buen tono y por bajo. El remate por luquesinas conquistó definitivamente al público, sobre todo tras una estocada certera. Cortó dos orejas pedidas por toda la plaza.

El sexto tenía mas cuajo que todos sus hermanos pero muy pocos pitones. Fue bravo en el caballo pero Fernando no logró hacerse con él : estuvo tanteándolo pero no se impuso en la lidia en los primeros compases, que es cuando había que poderle. Poco a poco el toro fue mirando hacia tablas, desentendiéndose. Pero como Fernando lo mató de una estocada eficaz, eso si en el rincón, gran parte del público, que estaba con él, pidió y obtuvo la oreja.

Ni Castella ni Daniel Luque tuvieron suerte con sus toros. El primero del francés era noble pero muy justito de fuerzas, tan blando que dijo muy poco. Castella le hizo un quite muy ajustado por chicuelinas y trazó muletazos de bella factura pero sin eco.

A su segundo lo recibió con unas templadísimas verónicas, casi desmayadas. Su principio de faena, estático en el centro del ruedo y con sus clásicos cambios por la espalda, calentaron las gradas y los muletazos que siguieron fueron sensacionales por su temple, su manera de esperar, de acompasarse al toro. Pero éste no dio mas de sí. Sebastián insistió, hubo enganchones, pero también algún muletazo aislado con un temple subyugante. Lo mató y cortó una oreja.

Luque no tuvo la mínima opción pero lo intentó. Su primero se tropezaba, perdía las manos y se resistía a embestir. Por momentos Daniel consiguió arrancarle alguna medio embestida e incluso hilvanar alguna serie, pero ahí el toro se desplomó en cada ocasión. El quinto, aún peor : Daniel lo toreó siempre dándole la salida por alto, para que no se cayese y lo intentó convencer con dulzura y a media altura. Pero nada, la única vez que le bajó la mano, se cayó.

Aún así, al salir de la plaza, me dio la impresión de que la gente estaba contenta y sobre todo se hablaba de Fernando Adrián, un torero prácticamente desconocido en el suroeste francés.

Saint-Sever (Francia).- Festividad de San Juan. Corrida de Toros de Santiago Domecq para Sebastián Castella, Daniel Luque y Fernando Adrián. Lleno de "No hay billetes".

Ficha del festejo:

Sebastián Castella, palmas y oreja

Daniel Luque, silencio y saludos

Fernando Adrián, dos orejas y oreja

Fotos: William Lucas

FOTOGALERÍA