Un bravo Escondido y otro bravo Román

Estaba siendo una feria decepcionante en cuanto a juego del ganado. Salvo contadas excepciones, malos los novillos de Núñez de Tarifa y malos los toros de Cuvillo, Victoriano y El Pilar. Pero cerraba el ciclo un mano a mano con una corrida de Santiago Domecq, triunfadora en Sevilla y que lidió buenos ejemplares en Madrid. Las expectativas estaban en todo lo alto. Y, afortunadamente, no falló. Hubo astados de notable comportamiento, y uno sobresaliente, el cuarto, indultado tras un trasteo exigente y emocionante de Román.

Su inicio de faena por doblones, largos y poderosos, hacían presagiar lo mejor. “Escondido”, que así se llamaba el animal, había acudido con presteza a la llamada del picador y ahora hacía lo mismo a la muleta poderosa del valenciano, que presentaba la franela adelanta y por abajo para traerse al bravo toreado hasta muy atrás. Fijeza, prontitud, recorrido, entrega y repetición tuvo el animal, y tanta bravura como él Román, valiente para atornillarse a la arena y soportar aquel torrente de embestidas sin inmutarse, en redondo y al natural, siempre por abajo y todo ligado. La faena se fue alargando en medio de una petición de indulto unánime de un público entregado al toreo más emocionante. Y el presidente, Luis Maicas, lo concedió entre la emoción desbordada.

Román había sorteado un primer ejemplar con las fuerzas al límite en los dos primeros tercios pero que, sin embargo, tuvo alegría en sus arrancadas a la muleta que le presentaba por delante desde la larga distancia. Se afianzó el de Santiago Domecq para acabar propiciando un quehacer interesante con dos tandas compactas en redondo y un final variado que hubiese valido una oreja de no ser por la demora con los aceros.

Cerró la tarde y la feria un colorado sin demasiado interés por seguir la muleta. Porfió con él Román, pero el nulo viaje y los cabezazos del burel imposibilitaron cualquier atisbo de lucimiento.

La tardanza en embestir del que abrió festejo fue patente desde que asomó por chiqueros. Le dio tiempo Ureña en los primeros compases de faena hasta robarle una serie de derechazos con cierto ritmo que acabó resultando un espejismo. Luego el toro acabó perdiendo las manos en varias ocasiones y la desilusión se apoderó de los tendidos.

Repitió el segundo de su lote, muy en el tipo de la casa. Se quedaba un tanto corto y pegajoso en los primeros compases del trasteo, pero el torero murciano acertó a darle distancia y aprovechar la inercia de sus viajes para ir componiendo una labor muy dispuesta y comprometida que fue subiendo enteros en intensidad y que finalizó con una penúltima serie con el compás muy abierto alargando el viaje de su antagonista y una última de naturales a pies juntos. Sólo su fallo a espadas le privó de tocar pelo.

Al quinto de la tarde le costó embestir y lo hizo protestando. Ureña tiró de autoridad para obligarle a seguir las telas, pero el molesto calamocheo del animal deslució su esforzado intento.

Ficha del festejo:

21 de julio de 2034, plaza de toros de Valencia. 4ª y última de la Feria de Julio. Media entrada. Toros de Santiago Domecq desiguales de presentación.  1º desfondado; 2º justo de fuerzas pero encastado; 3º encastado; 4º indultado, de nombre “Escondido”, nº 24, negro listón de 545 kg; 5º desrazado; 6º desrazado.

Paco Ureña: saludos, silencio tras aviso y saludos tras aviso.

Román: saludos tras aviso, dos orejas simbólicas y silencio.

Sorteo

Los toros de Santiago Domecq que ponen el punto final a la Feria de Julio esta tarde en la Plaza de Toros de Valencia ya han sido sorteados y enchiquerados. Harán el paseíllo a las 20:00h. Paco Ureña y Román, que los lidiarán mano a mano.