Sánchez Vara y Luis Gerpe destacan en una tarde exigente en Vic-Fezensac

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Tendidos llenos y ambiente de máxima expectación en Vic-Fezensac, epicentro del toro íntegro en Francia. En la tradicional Feria de Pentecostés, se lidian esta tarde toros de Saltillo para una terna española: Sánchez Vara, Gómez del Pilar y Luis Gerpe. La afición francesa, fiel a su cita con la emoción y la verdad del toreo, aguarda lo que promete ser una jornada intensa en la cuna del toro con casta.

Abrió plaza Mediokilo, un toro serio y en el tipo clásico de Saltillo, para Sánchez Vara. El diestro lo saludó con varias verónicas templadas, rematadas con una media de cartel, muy jaleada desde los tendidos. En el tercio de varas, lo colocó hasta en tres ocasiones al caballo, en una muestra de lidia clásica y respetuosa con el rito. Adrián Navarrete firmó una excelente actuación con la puya, muy valorada por la exigente afición francesa, que reconoce el tercio de varas como pocos.

Sánchez Vara quitó con gusto por chicuelinas, dejando momentos de sabor añejo. El tercio de banderillas, bien cubierto, dejó los palos arriba y al público entregado. Ya con la muleta, el torero sacó lo mejor del toro por el pitón derecho, llevándolo largo y con temple. Hubo muletazos de gran expresión, aprovechando al máximo lo que el animal ofrecía. Una faena seria y compacta, de torero veterano y capaz. Solo la espada, le privó del posible trofeo. Palmas en el arrastre al animal de Saltillo. Silencio para Sánchez Vara.

El segundo de la tarde, de nombre Chocolate, correspondió a Gómez del Pilar, que llegaba a Vic tras cortar una oreja en su anterior compromiso y con la mirada puesta en Teruel, donde hará el paseíllo el próximo 12 de julio. Recibió al de Saltillo con verónicas de buen trazo, asentado y firme desde el saludo. El tercio de varas no alcanzó el nivel deseado; el picador no estuvo fino y fue protestado por los tendidos, tan atentos siempre a este momento clave.

Ya con la muleta, Gómez del Pilar se impuso a un toro exigente, con genio y sin regalar nada. El madrileño, muy seguro, supo entenderlo y estuvo por encima del animal, dejando muletazos de mérito, muy bien colocado y con firmeza de ideas.
Culminó su actuación con una estocada en todo lo alto, que hizo rodar con un solo descabello al de Saltillo. Faena de torero en gran momento, solvente y con hambre de temporada importante. Palmas para el astado en el arrastre. Ovación con saludos para Gómez del Pilar.

Cerró el primer turno del festejo el tercero de la tarde para Luis Gerpe. Lo recibió con una brega breve, sin opción al lucimiento con el capote. En la muleta, el de Saltillo no ofreció ninguna posibilidad: un toro parado, sin entrega ni recorrido, que no permitió construir faena.

Gerpe lo intentó, pero pronto se dio cuenta de que no había materia para el toreo. Optó por abreviar con criterio y dejó una estocada efectiva. Silencio tras su actuación en este turno sin historia. Pitos en el arrastre al toro.

Con el cuarto de la tarde, Relamido, volvió al ruedo Sánchez Vara y firmó uno de los momentos más destacados del festejo. Lo recibió con verónicas muy bien ejecutadas, templadas y con empaque, que marcaron el tono de una faena que iría a más.

El de Saltillo, un cárdeno de embestida pausada y calidad notable, encontró en el torero un maestro que supo enseñarle a embestir. Sánchez Vara lo llevó con suavidad, templando cada arrancada y ligando muletazos con una colocación impecable. Especialmente por el derecho firmó una serie profunda, de mano baja y gran expresión, muy celebrada por el público.
El toro, con una forma peculiar de embestir, permitió a Sánchez Vara construir una faena importante, medida, sin alardes, pero llena de verdad. Lamentablemente, la banda no acompañó la lidia con música, a pesar de lo que se vivía en el ruedo, el presidente no estuvo acertado en no concederla. Una actuación de torero veterano, inteligente, que supo sacar oro de un gran toro. Fuerte petición de oreja tras la estocada certera. Vuelta al ruedo tras la negación del presidente a dar la oreja. Palmas en el arrastre al toro de Saltillo.

El quinto de la tarde, de nombre Entoradilo, fue un toro muy deslucido que poco permitió a Gómez del Pilar. El saludo capotero fue breve, sin lucimiento, y en el caballo apenas se le castigó, entrando con poco empuje.

En la muleta, el astado mostró su peor cara: descastado, sin raza ni entrega, complicando cada intento del torero. Gómez del Pilar lo intentó con firmeza y disposición, queriendo sacar más de lo que había, pero el de Saltillo no ofrecía ni una embestida clara.
Llegado el momento de la suerte suprema, Entoradilo no se paraba, complicando aún más el cierre de una faena que nunca pudo despegar. Finalmente, Gómez del Pilar lo despachó como pudo. Silencio para el torero y decepción con un toro sin fondo. Pitos en el arrastre. Silencio para Gómez del Pilar.

Cerró la tarde Astudero, bien presentado y con el sello inconfundible de Saltillo. Luis Gerpe lo saludó con verónicas de gran calado, muy jaleadas por un público que aún tenía ganas de toro. Ya en la muleta, el torero supo leer al animal con inteligencia. Apostó por el pitón izquierdo, más claro y agradecido, donde logró construir una faena de peso. Por el derecho, el toro se quedaba más corto, pero Gerpe centró su obra en la zurda, con una serie de naturales francamente buena: toreo largo, despacio y con ligazón.

Remató la faena con detalles de categoría, como algún trincherazo y, especialmente, unos naturales finales a pies juntos, sentidos y muy personales, que dejaron una grata impresión. Faena de mérito y madurez, en la que Gerpe supo darle la vuelta a un toro que no lo puso fácil de inicio, y terminó metiendo al público en su obra. Vuelta al ruedo de reconocimiento al esfuerzo y la entrega.
Palmas en el arrastre

FICHA:

Vic Fezensac (Francia).- Segunda de Feria de Pentecostés. Corrida de Toros de Saltillo para Sánchez Vara, Gómez del Pilar y Luis Gerpe.

Sánchez Vara, Silencio y Vuelta al ruedo;

Gómez del Pilar, Ovación con saludos y Silencio;

Luis Gerpe, Silencio y Vuelta al ruedo;