PACO DELGADO

Una piñata loca

jueves, 11 de junio de 2020 · 08:00

Siguiendo con lo que ha sido la tónica de su actuación a lo largo de esta crisis que nos ha tocado vivir, el Gobierno se sacó el otro día una nueva norma que parece, por decirlo suavemente, que haya sido ideada sin pararse a pensar mucho sobre ella.

Y es que el decretar que la asistencia a festejos taurinos, dependiendo de la fase en que se encuentre cada Comunidad Autonómica, sea de 400 personas o el doble si se ha pasado al siguiente estadio, es como decir que no se pueden dar funciones. Ya lo ha dicho el responsable de Las Ventas: sólo en personal de la plaza hay ya más de esas 400 personas...

Aunque también muchos han sido los que se ha apresurado a quejarse y se han puesto la venda antes de recibir la pedrada, puesto que esta normativa sólo es de aplicación mientras se mantenga esta situación, y durante la misma no está previsto el que se organice festejo alguno, todo lo contrario. Y, por otra parte, cuando finalice este mal llamado estado de alarma (lo suyo es un estado de excepción casi en toda regla) serán las Comunidades Autonómicas las que decidan sobre este particular. El ejecutivo ya avanzado que las comunidades tendrán más libertad para gestionar su movilidad, social, sus actividades y su reactivación y varias ya se han manifestado a favor de la celebración de festejos taurinos e incluso han votado en sus parlamentos ayudas estimables al sector.

Autonomías como Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía podrían reactivar las corridas de toros de forma más viable a partir de julio y en pleno verano. Veremos.

Lo que sí queda claro, y más todavía a la vista de las últimas declaraciones del ínclito Pedro Sánchez -”No tengo ni idea de cómo está el tema del IVA en el sector taurino”, mas o menos- es que nuestros gobernantes no están por la labor no ya de defender la tauromaquia, sino de hacer nada que la pueda favorecer.

Y si su gestión frente a la crisis sanitaria recuerda una piñata, en la que van dando palos de ciego a ver si aciertan con la tecla, en el tema taurino parece como si el pañuelo que les tapa los ojos hubiese sido desplazado un poco y por la rendija que queda ven perfectamente dónde atizar el garrotazo.

Son muchos los asuntos en los que han dejado patente su total desapego -cuando no un inexplicable desprecio- a todo lo que huela a toros, desde la tramitación de las ayudas hasta esta última disposición de limitar el aforo de las plazas de manera caprichosa, permitiendo, en cambio, manifestaciones multitudinarias para reivindicar asuntos y cuestiones que ellos mismos promueven o les vienen impuestas por alguien que maneje hilos en la sombra.

No es algo baladí este disgusto que les provoca la cosa taurina y quienes tengan responsabilidad y autoridad en el sector deberían aplicarse a una tarea urgente y primordial: tratar de tender puentes, acercar posturas, organizar reuniónes con quien haga falta y explicar, con argumentos, historia y razonamientos sólidos, que los toros son cultura, el segundo espectáculo de masas en nuestro país y un negocio que aporta muchísimos millones para las arcas públicas y da trabajo a muchos miles de personas. Que está muy bien eso del animalismo y de evitar el maltrato a los animales, pero que esto es otra cosa que no puede ser arrinconada por pura ideología. Política o vaya usted a saber de qué clase.

 

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