OPINIÓN

Sin Messi contra Cristiano

martes, 19 de junio de 2018 · 00:00

Hace unos días cortó un rabo en Las Ventas. Habían pasado 46 años desde que se concedió el último en esa plaza y nunca antes lo consiguió un rejoneador. Le avalan además 16 salidas a hombros del mismo coso, 10 Puertas del Príncipe en La Maestranza sevillana y no sé cuántos récords más. Es Diego Ventura y cualquier empresario de cualquier sector aprovecharía al máximo su tirón.

La lógica impone anunciarlo en todas las ferias de postín y a poder ser en competencia con sus antagonistas más directos. Es lo que le apetecería ver a todo aficionado, lo que levantaría mayor expectación, lo que provocaría más morbo y atraería en masa al público, lo mismo que ocurre cuando se enfrentan Messi y Cristiano.

Pero miras hacia adelante, buscas en los carteles que van publicándose y su nombre no aparece. No está en Hogueras, ni en San Fermín, ni en Bilbao, ni en Teruel… y miras hacia atrás y recuerdas que tampoco estuvo en Castellón, ni en Valencia, ni en Sevilla… No hay argumentos sólidos que defiendan tal situación. Unos dicen que todo viene provocado porque no quiere matar una determinada corrida en Sevilla. Otros que tiene que ver con la negativa de su adversario más feroz a compartir paseíllo con él. Incluso hay quien defiende que es cuestión de las dificultades que impone en las negociaciones.

Habladurías. Además la clientela no tiene por qué saber los intríngulis de entre bastidores y lo que quiere es ver a Diego Ventura porque se lo ha ganado en el ruedo. Y quiere verle frente a los compañeros más correosos, especialmente cara a cara con Pablo Hermoso de Mendoza. Algo falla en el negocio taurino cuando nadie consigue hacerles ver a estos dos toreros los beneficios que comportaría seguir siendo tan “enemigos” pero pugnando juntos por demostrarlo en las plazas más importantes. Beneficios para ellos, para los empresarios y para la Fiesta.

Algo falla cuando tampoco nadie logra anunciar el cartel de toreros de a pie que más gustaría ver a los aficionados, el que pondría la tauromaquia en todos los medios de comunicación, el toreo en órbita y las plazas boca abajo, el que pararía el mundo. Ponce y José Tomás. Sólo imaginarlo eriza la piel. Pero juntarlos es una utopía. No hay empresario que tenga argumentos, fuerza y poder de convicción para conseguirlo. Y entretanto las mismas combinaciones van repitiéndose una y mil veces en los distintos carteles del orbe taurino. Apenas existe la originalidad. Y luego aparecen las quejas. Sí, algo falla cuando no hay manera de hacer coincidir a Messi con Cristiano.

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