CARLOS BUENO

Gema González, un ejemplo a seguir

Hay honrosas excepciones, pero simplemente son eso, excepciones como es el caso de la alcaldesa de Valdemorillo
martes, 19 de febrero de 2019 · 09:43

En esta sociedad en general y en la clase política en particular sobran cobardes. Faltan valientes, que es lo mismo. Escasea la gente que va de cara y dice las cosas con sinceridad y sin rodeos. Las falsas apariencias imperan. Se impone la ambigüedad, el intentar nadar y guardar la ropa, el medir las palabras, el hacer creer que se ha dicho una cosa pero con una intención diferente a la que se supone. Dobles lenguajes, frases confusas, retractaciones. Lo que dije, ahora digo que lo no dije. La palabra dada no vale. Hay honrosas excepciones, pero simplemente son eso, excepciones.

Si se mezcla política con tauromaquia la claridad todavía es más utópica. Hay quien etiqueta el toreo en el lado derecho del pensamiento. Cosa de fachas, dicen. Qué barbaridad. Y lo peor es que hay quien se lo cree. Un insulto a la inteligencia humana, a la democracia, al respeto, al pueblo que se emociona con los toros. Falta de cultura, o comodidad mental, o intereses partidistas, o todo junto. Sea como fuere, una barbaridad.

Y entre tanta mala intención siempre aparece alguien que va de cara, que dice las cosas con sinceridad y sin rodeos. La excepción que confirma la regla. Valdemorillo casi se queda sin feria taurina este año después de que la empresa que tenía la concesión del coso hasta 2026 renunciara a su organización. Gema González, alcaldesa de la localidad madrileña, optó por la gestión directa sin dudarlo. No fue sencillo llevar la idea a cabo, pues el pleno del Ayuntamiento se lo rechazó en primera instancia. Pero la rendición no estaba en los planes de esta mujer del partido “Progresistas en Valdemorillo” que huye de estereotipos y elimina etiquetas que nunca tuvieron sentido. Una valiente que gobierna en minoría desde hace casi dos años, cuando expulsó a tres concejales del equipo de Gobierno y rompió el acuerdo con Izquierda Unida y Sí se puede, quienes pretendían imponer nuevas exigencias basadas en las directrices de Podemos.

Gema González se arremangó y se puso manos a la obra para confeccionar un ciclo de gran atractivo. Y al que no le guste que no vaya, pero esto no es cosa de fachas ni de rojos, simplemente del pueblo. El resultado no pudo ser más positivo a pesar de la coincidencia horaria con algún partido de fútbol de alto interés. Excelente resultado artístico e impresionante tirón popular. Ahora la alcaldesa ha hecho balance de una exitosa Feria de San Blas que ha tenido un impacto abrumador en la economía local. Los comercios y hosteleros estaban encantados, algunos llegaron a quedarse sin previsiones. Además se celebró un encierro con toros de Miura al que acudieron corredores de toda España. Gran cantidad de medios de comunicación cubrieron el evento. La publicidad que conseguía Valdemorillo a nivel nacional e internacional no se podía cuantificar. El resultado daba la razón a su alcaldesa, que aún se atrevía a asegurar que, en adelante, y después de la experiencia, el ayuntamiento es el que se tiene que encargar de organizar la feria, porque es una institución que no está para ganar dinero, sino para dar un servicio a los vecinos.

Sin duda hacen falta más Gemas González, más excepciones que escapen de directrices insensatas e interesadas, que huyan de etiquetas intolerables sin doble lenguaje ni ambigüedades; más valientes que se conviertan en ejemplos a seguir.

 

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