Eneko, más allá de ideologías

Pensar que en una plaza de toros, como por ejemplo la de Las Ventas, en la que caben 24.000 personas, todos cuantos ocupan sus localidades son de la misma tendencia política es de tener menos cerebro que un mosquito. El toreo es el espectáculo más democrático de cuantos existen y es propiedad del pueblo, que se expresa y manifiesta libremente para premiar o abroncar al diestro actuante, siempre sin intereses recónditos y todo de forma espontánea e inmediata guiado por le emoción del momento. Y es que justamente eso, la emoción y la pasión, no las mueven las ideologías ni la política.

Hoy y siempre, en los tendidos de un coso taurino hay gente de todo tipo. Caben los de sol y los de sombra, los de barrera, los de tendido y los de grada alta. Los hay fachas convencidos y rojos indómitos, moderados y apolíticos. El dogma que pretende imponer la nueva izquierda radical señalando el toreo como una actividad de derechas es totalmente falso porque los toros, no solamente no son del llamado bando conservador, sino que, si se tuvieran que identificar con alguna tendencia, esa sería la de izquierdas, como lo dejó sentenciado la Generación del 27, aquel grupo de eruditos y artistas españoles del siglo XX que tanto se señaló con la tauromaquia.

El toreo a pie fue la elección del pueblo llano allá por el siglo XVIII. Los nobles lidiaban entonces a caballo mientras sus servidores les socorrían y ponían al toro en suerte. Cuando la gente tomó parte por los auxiliadores de los caballeros la tauromaquia sufrió un cambio radical y definitivo convirtiéndose en la que hoy conocemos.

En general la clase política que nos gobierna deja mucho que desear. La mayor parte de nuestros representantes no investiga en el pasado y en la historia. Andan más preocupados en decir directamente “no” a lo que venga de su oposición que en buscar argumentos válidos que avalen sus decisiones. Hay demasiados políticos de escaparate que viven pendientes de colgar etiquetas, y muchos preocupados por nutrir de golosas subvenciones a quienes piensan que pueden reportarles un significativo puñado de votos, de ahí la fuerza que han cogido muchas asociaciones ecologistas que atacan a la tauromaquia sin ninguna base, sólo porque le han colocado el sello de pertenecer a la “derecha”. Desgraciadamente pocos quieren conocer que, por ejemplo, durante la maldita guerra civil se celebraron festejos a favor de las milicias comunistas.

Por fortuna, en todas partes hay salvedades. El pasado 11 de diciembre, Eneko Andueza, Secretario General del PSOE de Guipúzcoa y Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en el Parlamento Vasco, presentó su libro ‘Los Toros desde la izquierda’, una obra que pretende eliminar complejos y poner argumentos en la defensa del toreo desde una visión progresista. En la obra se razona que la tauromaquia es libertad, igualdad, solidaridad, justicia social, ecologismo, economía social, lucha feminista, internacionalismo, cultura… Lo ha escrito desde su libertad y su capacidad de expresarla. Sin embargo Eneko está siendo objeto de todo tipo de insultos, incluso deseando su muerte. Hay quien no entiende que la izquierda, como la sociedad, es o debería ser plural y tolerante, y se limita a intentar imponer su pensamiento único con total falta de respeto, como si se poseyera la verdad absoluta y el resto no tuviésemos derecho a la vida. Puro estilo dictatorial. Sin duda vamos a peor.