CAPOTAZO LARGO

Reunión urgente

martes, 19 de enero de 2021 · 08:03

El inicio de la temporada de las buenas intenciones se aproxima. Se intuye el deseo de programar corridas después de un año nefasto marcado por los impedimentos que dictó el coronavirus. Aunque las empresas taurinas todavía no tienen confirmación oficial por parte de las autoridades sanitarias del aforo que se vaya a permitir ocupar, todo indica que la disposición es de, al menos, autorizar los espectáculos al 50% de capacidad. Así ha trascendido en Valencia y Castellón de momento. Quizá también a la mitad en Sevilla, y se está a la espera de las decisiones que tomen el resto de Administraciones dependiendo de la evolución de la pandemia.

El problema es que no se puede esperar al último instante para organizar los festejos porque las directrices se marcarán siempre de forma inmediata y con el tiempo justo. Sobre todo las primeras ferias del año -las Fallas valencianas y la Magdalena castellonense- tienen que estar ya metidas en harina si quieren llegar a ser una realidad en caso de que se den las circunstancias propicias. Por ahora, sólo han circulado rumores de Sevilla, que planearía anunciar una docena de corridas a lo largo de la campaña, y la Casa de Misericordia de Pamplona ha afirmado que contará con el mismo elenco de hierros que tenía contratados para 2020. Del resto nada se sabe.

Aunque no se ha producido ninguna declaración desde las gerencias de Valencia y Castellón, a falta de apenas dos meses para la supuesta abertura de sus plazas es de suponer que ya se está reseñando toros y negociando con toreros. No es ésta tarea sencilla, pues los pactos con los matadores siempre han resultado peliagudos, y en la situación que nos encontramos es lógico pensar que todavía más.

Por eso, antes que abordar los pormenores de la reapertura de los cosos con las autoridades y antes que dictaminar el número de festejos que se pretende ofrecer, sería interesante tratar el asunto de los honorarios con los profesionales. Conviene preparar una tabla que contemple los diferentes supuestos de ocupación de los tendidos que se puedan dar y cómo repercutirían económicamente en la recaudación. Y parece lógico que todos los sectores disminuyan su caché en función de ello.

Es tiempo de aparcar el Convenio y adaptarse a la situación real que vivimos. Eso o desaparecer. Quien quiera “pan para hoy” puede estar sentenciando “hambre para mañana”. Si los empresarios ingresan la mitad, todos deberían ir a la mitad: matadores, banderilleros, picadores, mozos de espadas… también los aposentadores y el resto de empleados. Y, por supuesto, habría que arrancar el compromiso de nuestros gobernantes de reducir las cargas impositivas y condonar los cánones de arrendamiento en la misma proporción. Eso sí que sería un hecho palpable de apoyo institucional a la dinamización de la economía nacional.

Que se sepa, entre los diferentes profesionales de la tauromaquia todavía nadie ha dicho esta boca es mía. Todos parecen estar esperando que sean los demás quienes den el primer paso intentando salvar al máximo los sueldos de siempre. Y eso no va a poder ser. Así es que toca reunirse de forma urgente para establecer la rebaja de las condiciones de cada colectivo. Con ello se conseguiría dar ejemplo para luego reclamar rebajas de impuestos y, por supuesto, se podrían hacer números y saber hasta dónde se puede llegar en la organización de ferias.

 

14
6
12%
Satisfacción
62%
Esperanza
25%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia