CAPOTAZO LARGO

Ponce: un regreso para un adiós

martes, 16 de noviembre de 2021 · 09:44

Me dicen que entre Enrique Ponce y una de las casas de apoderados-empresarios más importantes del momento, ha habido conversaciones encaminadas al regreso del valenciano a los ruedos la próxima temporada. Y me aseguran que la iniciativa ha partido del torero, y si el asunto es voluntad propia, la especulación tiene visos de convertirse en realidad. Es noticia de buena tinta y no pongo en duda que así sea. Y me alegra, porque una de las figuras del toreo más importantes de la historia no podía irse del modo en que lo hizo. No es su estilo y no debía quedar así.

El de Chiva siempre fue un caballero, dentro y fuera de la plaza. Toreó más que nadie y triunfó más que nadie, y también fue la figura que se adaptó a las diferentes situaciones de cada momento más que nadie. Su apoderado de toda la vida, Juan Ruiz Palomares, siempre llegó a acuerdos razonables con los empresarios y acordes a las circunstancias de cada plaza y del aforo ocupado. Y Ponce fue hombre de palabra que cumplió con todos y cada uno de sus compromisos, en los cosos más modestos, en los más importantes y frente a todo tipo de divisas.

Si su valor y elegancia están fuera de toda duda, su honradez a lo largo de más de tres décadas en activo no admite la mínima discusión. Por todo ello, su forma de decir adiós no tenía fácil comprensión. Sin duda, las cuestiones personales, que en nada deben incumbirnos a los demás, jugaron a favor de una despedida tan tajante e inesperada. A través de un mensaje en las redes sociales el maestro anunció que lo dejaba en aquel instante, la noche del 28 de junio, horas antes de salir hacia Burgos, donde el día siguiente estaba anunciado junto a Roca Rey y Emilio de Justo.

Ese mismo fin de semana había cortado trofeos en Castellón y León, y la temporada se presumía interesante con varios paseíllos ya marcados en el calendario. Nada hacía presagiar un dictamen tan sorprendente. Ponce no es de lo que se marchan por la puerta de atrás, dejando tratos por concluir y sin un motivo evidente. Pero lo hizo, y seguro que fue una decisión meditada y acertada. Es muy probable que la fase de divorcio de su esposa por la que estaba atravesando provocara que su mente estuviera en otro sitio, que no estuviese centrado en los ruedos al cien por cien, y es en esos momentos cuando un toro puede hacer mucho daño, tanto físico como emocional.

Y si ahora decide volver es porque se ha sacudido problemas personales y de nuevo está metido en el toreo. Me dicen que su intención es regresar para irse con categoría, para decir adiós con la caballerosidad que siempre le caracterizó, para consumar cada contrato, para despedirse como merece un torero extraordinario en el más amplio sentido del término, una figura irrepetible por capacidad y perdurabilidad entre otros cientos de cualidades.

Me aseguran que será una temporada muy corta, muy medida, en la que actuará en varias de sus plazas emblemáticas, las que le dieron el sitio y el estatus que ha conservado durante más de 30 años. Así, todos tendrán ocasión de verle torear antes de su merecido, y ahora anunciado, descanso.

 

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