Agua de mayo sobre los novilleros

La convocatoria de un nuevo certamen “Alfarero de Plata” que ha anunciado el ayuntamiento de Villaseca de la Sagra cae como bendita agua de mayo sobre la tauromaquia y su futuro, que necesita del apoyo a la cantera para mantener vivas las aficiones del mañana. La situación no era halagüeña para los novilleros antes de la irrupción de la pandemia, y peor se ha puesto con las restricciones que ésta ha conllevado.

Las plazas apenas consiguen abrir sus puertas, y en las escasas ocasiones que lo hacen están condicionadas por la mínima ocupación de los tendidos que permiten las autoridades. La temporada taurina española de 2020 se vio reducida en un 89 por ciento con respecto a las cifras del año anterior. Además de los 13 espectáculos celebrados hasta la declaración del Estado de Alarma, desde julio hasta la finalización de la campaña sólo se organizaron 75 festejos taurinos mayores más, frente a los 793 de 2019.

El sector de las novilladas ha sido el más perjudicado al ver mermada su actividad hasta en un 94 por ciento, pues únicamente se dieron 14 funciones con picadores por las 238 de un año antes. El líder del escalafón fue Francisco Montero con cinco exiguos paseíllos.

Los datos referentes a los novilleros sin caballos son todavía más preocupantes. En 2020 se dejaron de celebrar todos los concursos que habitualmente se les dedicaban y hace unas fechas Arnedo anunció que este año también suspendía el “Zapato de Plata”. Así que la confirmación de que Villaseca sigue adelante con su “Alfarero de Plata” es una excelente noticia.

El certamen contará con un nuevo formato con el objetivo de dar más oportunidades a los jóvenes valores del escalafón. Así, la presente edición constará de tres citas clasificatorias de seis novilleros cada una, una semifinal con los mejor puntuados y una final con los tres más valorados.

La población toledana ha elaborado un protocolo de prevención sanitaria que deberá cumplirse para evitar contagios, y a buen seguro que así sucederá, pues la pasada temporada se siguieron las pautas y no se produjeron infecciones en ninguno de los espectáculos anunciados en España. Todo demuestra que el futuro del toreo no tiene por qué estar parado un año más.

El ejemplo debería de seguirse de forma generalizada. Las clases prácticas para alumnos de escuelas taurinas son de sencilla organización y no comportan un elevado dispendio. Lo más frecuente cuando éstas se celebran es que los tendidos apenas se ocupen en un cuarto de su cabida, así que las actuales restricciones de aforo no tienen por qué representar un grave problema.

Sin duda promover festejos para los benjamines del toreo supondría matar dos pájaros de un tiro. Por un lado se estaría apoyando a la cantera, y por otro se ofrecería una programación taurina que los verdaderos aficionados agradecerían. Aún más, los ganaderos darían salida a una parte de sus animales que, de otra manera, acabarían en los mataderos.