CAPOTAZO LARGO

Becerrada, no tanto calor y antis

martes, 17 de agosto de 2021 · 10:38

El pasado sábado estuve en un pueblecito de la sierra madrileña presenciando una novillada sin picadores. En ella tomaban parte dos chavalitos de la escuela de tauromaquia de Valencia y desde tierras levantinas nos desplazamos unas 30 personas, algunos para verles actuar y otros como profesionales. No parece un número muy elevado, pero tratándose de un 14 de agosto, con los medios de comunicación alertando de forma incesante de la llegada de una ola de calor que nos iba a derretir a todos, en una placita modesta y sin demasiados atractivos de entretenimiento que acompañasen la cita, la verdad es que una trentena de almas se me antojó una multitud.

En mi caso fui con mi esposa y otros tres amigos. Cinco seres poco convencidos de que la experiencia acabara resultando satisfactoria. Pero la fortuna estuvo de nuestro lado y la previsión de sufrir un sofoco propio del infierno no acabó cumpliéndose. Poco antes del inicio del festejo una tormenta fugaz dejó el ambiente con una temperatura agradabilísima. Luego los novillos embistieron y los chavales ilusionaron, así es que miel sobre hojuelas.

Habíamos llegado al hotel poco después de mediodía, porque la idea marcada era pasar el día completo y regresar el domingo, después de acercarnos a Madrid para comer en un restaurante que nos habían recomendado. Resulta evidente que no todos los que acudieron a la becerrada desde Valencia llevaron a cabo el mismo plan. Unos llegaron justo a la hora de la función y se marcharon a la mañana siguiente. Otros realizaron un viaje relámpago de ida y vuelta. Pero todos, en mayor o menor medida, se dejaron en la zona diferentes puñados de euros al reclamo de un festejo menor, en un coso menor de un pueblecito recóndito.

Eso iba yo cavilando mientras paseábamos el domingo por la mañana por la Puerta del Sol de la capital cuando, de repente, escuché voces desagradables a través de un megáfono estridente. Eran una veintena de antis que pregonaban los mismos tópicos falsos de siempre contra la tauromaquia y contra la caza: maltrato animal, subvenciones estatales y bla, bla, bla. De inmediato dejé de pensar en el impacto económico de la novillada y en cuánto había afectado a mi bolsillo para preguntarme si aquellos argumentos falaces no merecían la corrección pertinente. Y posiblemente hubiese sido lo justo. Pero recordé una escena anterior vivida en “mi” Valencia en la que un aficionado a los toros pretendió realizarse un selfi con unos manifestantes animalistas al fondo y fue despachado de mala manera por la policía porque, según el agente, estaba provocando y caldeando el ambiente. El mundo al revés.

Así que decidí seguir mi camino y no meterme en problemas. Entonces reparé en que el mundo de los toros no suele llevar a cabo acciones pro taurinas que, de algún modo, contrarresten las que protagonizan los antis. Bastaría con instalar en la Puerta del Sol, en la calle Sierpes, en la plaza del Ayuntamiento, en el Museo Guggenheim, en la playa de La Concha, en la plaza del Pilar, en Las Ramblas o en la plaza Mayor un chiringuito con una lona repleta de lemas como: “El impacto económico de la tauromaquia en España es de 1.600 millones de euros anuales”, “Gracias a los festejos taurinos se crean más de 200.000 puestos de trabajo”, “El toreo aporta al Estado más de 40 millones anuales en concepto de IVA”, “Más de cinco millones de personas asisten cada año en España a las plazas de toros, un espectáculo que tiene 25 millones de espectadores por temporada contando los festejos celebrados en las calles”, “El impacto económico de los Bous al Carrer es de 300 millones de euros sólo en la Comunidad Valenciana, donde cada año se celebran más de 9.700 festejos”…

Dicen que quien calla otorga, por eso pienso que no estaría mal que una representación del pasivo sector taurino se planteara montar unas carpas donde se repartiera algún tipo de revista tipo cómic con proclamas y datos que diesen a conocer la riqueza cultural, histórica, artística, económica y medioambiental que significa la tauromaquia y que contrarrestasen las mentiras de los activistas. Es muy importante que los ataurinos y los niños no se queden sólo con los mensajes de una parte interesada y malintencionada, sino que conozcan la verdad y que luego decidan.

 

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