CAPOTAZO LARGO

Morante, Roca y Luque, tres pilares del 2022

martes, 1 de noviembre de 2022 · 07:20

Acaba la temporada taurina y los recuerdos se agolpan. Quizá porque todavía son tan recientes que no llegan a la categoría de remembranzas. Pregunto a un buen amigo su opinión sobre la recién finalizada campaña y me contesta con otra cuestión: “Dime los tres matadores fundamentales del año. ¡Un, dos, tres, ya!”. Y sin tiempo para reflexionar le digo: “Morante de la Puebla, Roca Rey y Daniel Luque”. A botepronto, sin análisis, los que el subconsciente me dicta. Hay muchos otros que han sido importantes por diversas razones. Si los encuadramos por categorías habría más listados y más toreros, seguro. De arte, de valor, noveles, sorpresas, consagrados… Podrían establecerse diferentes esferas y en todas aparecerían nombres con sobrados méritos. Pero metidos en la misma saca y elegidos sin tiempo para buscar raciocinios, Morante, Roca y Luque son los que afloran de inmediato.

Tres maestros heterogéneos. Cada uno en su rol. Quizá en tres estatus distintos. Hasta podría argumentarse que “juegan” en ligas diferentes, pero sin duda tres pilares del 2022. Morante ha conmemorado sus 25 años de doctorado toreando 100 corridas, un número tan redondo como difícil de alcanzar, máxime en los tiempos post-pandemia que nos ha tocado sufrir, con menos funciones organizadas que antes de la irrupción del coronavirus. Cualquier percance, la mínima inclemencia meteorológica o una desavenencia entre apoderado y empresario podrían haber dado al traste con su plan para alcanzar la centena. Y no han faltado contratiempos a lo largo de nueve meses que se han podido solventar con la ayuda de la fortuna y también gracias a la disposición del sevillano, que se echó la temporada a los hombros y tiró del carro en todo tipo de plazas y ante todo tipo de ganado.

El de La Puebla no es nuevo, pero su toreo es fresco y sorprendente. Ha lidiado más de 200 animales de 45 hierros ante un total de 735.000 espectadores, y sus carteles han cubierto, en promedio, el 84% del aforo disponible contribuyendo a vender más de 3’7 millones de euros en taquilla. Para el recuerdo perenne quedarán sus faenas de Arles, Huelva, Santander, Pamplona, Zaragoza... pero sobre todo las de Sevilla, tanto en Abril como en San Miguel, y la de Beneficencia en Madrid, una obra concebida tan a cámara lenta que parecía una ilusión siquiera imaginarla. Muchos peregrinaron tras él, no todos tuvieron la dicha de encontrarle inspirado, pero es que el encuentro con el arte no tiene horarios ni la emoción fecha en el calendario. Lo sublime no puede ser costumbre, o pasaría a ser ordinario.

Casi 40 paseíllos menos que Morante ha hecho Roca Rey en una campaña plagada de triunfos en la que la regularidad ha sido su constante. El peruano no ha defraudado ni una sola tarde. Su tauromaquia ha ganado en compromiso y en profundidad, en verdad y en hondura, y su capacidad de improvisación y de resolución ha seguido tan activa o más que siempre. Al reclamo de su nombre se han llenado los tendidos de todas las latitudes, demostrando que en el toreo no hay filias ni fobias según los colores de la tierra de nacimiento. Sin duda es el más taquillero del escalafón y el más frecuente en el éxito. Los percances le han impedido sumar un mayor número de festejos, pero sin duda ha sido el dueño y señor de una temporada en la que ha pasado como un huracán por todo tipo de cosos, con especial trascendencia en los de categoría, que empezó de forma arrolladora en Valencia y que cerró de forma apoteósica en Las Ventas.

Casi 60 actuaciones menos que Morante ha firmado Daniel Luque, arrollador de principio a fin. Clarividente, seguro, autoritario, dando la sensación de que la campaña podría seguir para él mucho más allá de su última tarde. Posiblemente todavía no es figura del toreo porque no manda, pero quien le ve torear no puede explicarse el motivo. Sus incontestables triunfos, Puerta del Príncipe incluida, avalan una trayectoria maciza, de torero maduro, en sazón. Después de su alternativa pasó un bache, perdió el camino, pero ha regresado a él de forma rotunda y el sistema taurino no está teniendo más remedio que rendirse a su capacidad. Quizá no goce del carisma de otros compañeros. Quizá gran parte del público lo tenga un tanto desubicado y le recuerde como un veterano con 15 años de alternativa que no alcanzó las cotas que para él se presagiaban. Quizá sea un matador más de aficionados que de espectadores. Pero este sevillano poderoso con los astados y encastes más complicados está de nuevo en la buena dirección y algún día la rendición llegará. Sin duda es, junto a Morante y Roca Rey, uno de los grandes nombres propios del año.

 

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