CAPOTAZO LARGO

¿(Des)preocupación por la inflación?

martes, 2 de agosto de 2022 · 07:30

Con más de 31.000 compañías afiliadas, AECOC es una de las mayores asociaciones empresariales del país y la única que reúne a todos los agentes de la cadena de valor, desde productores y fabricantes, a operadores logísticos y distribuidores. Tras el anuncio efectuado por el presidente del Gobierno de las medidas previstas para atajar la galopante inflación en España, la entidad mostró su preocupación porque, según afirmó su director general, “no están dirigidas a la raíz de los problemas y no los solucionarán”, señalando que “hay que atacar las causas y no sólo actuar sobre los síntomas”. En su opinión, las próximas regulaciones supondrán unas “cargas adicionales para las empresas que llegarán en el peor momento posible, porque si se repercuten esos costes se generará más inflación, y si se asumen habrá empresas que tendrán que cerrar”, advirtió.

Ante tal escenario, y con independencia de que sus reivindicaciones se tengan en mayor o menor cuenta, AECOC y otras agrupaciones empresariales están manteniendo reuniones periódicas con representantes de diferentes ministerios para aportar ideas y proponer alternativas que puedan suponer soluciones eficaces. La mayor incertidumbre radica en saber cómo será el consumo tras una campaña de verano que está siendo buena. Hemos pasado por penurias y años duros y tenemos muchas ganas de consumir, pero la inflación está empobreciendo y comiéndose el ahorro de las familias. El poder adquisitivo es limitado y pronto habrá que echar el freno. Así lo manifestó también la gente de a pie en un reportaje emitido en las Noticias de Antena 3, donde varios entrevistados aseguraron que iban a “disfrutar de las merecidas vacaciones veraniegas y luego se apretarían el cinturón”.

La situación no pinta bien ante el futuro inmediato y el mundo de los toros no se librará de ello. Sin embargo parece ajeno a la realidad que nos rodea. Que se sepa, ni ANOET, ni ASOJET, ni UNET, ni otras asociaciones taurinas se han reunido en pro de sumar fuerzas y exigir audiencia al Gobierno para plantear su problemática. Quizá sea que no sienten las dificultades. O que no hay autocrítica, lo que sería fatal porque minaría su continuidad. Lo bien cierto es que no hay que esperar a que finalice el verano para comprobar que las plazas no se llenan, por mucho que se mire hacia otro lado.

En el singular, histórico y menudo coso de Las Virtudes de Santa Cruz de Mudela se celebró hace unos días una corrida goyesca con Antonio Ferrera y Raquel Martín en el cartel, y los espectadores se podían contar con la mirada. En Santander, feria de creciente éxito taquillero, no se llegaron a colmar los tendidos ni una sola tarde. Morante, Juli, Luque, Manzanares, Talavante… no concitaron ni media entrada en El Puerto. Poco más hubo en Azpeitia. Ni La Línea con Miuras, ni Roquetas con las máximas figuras a pie y a caballo, ni Fuengirola en su aniversario, ni Huelva con Roca Rey y Manzanares atrajeron el interés suficiente para acabar con el papel.

Algunos empresarios parecen molestarse cuando se habla de este tema, quizá sintiendo que se trata de un ataque a su profesionalidad. Pero nada más diferente. Su capacidad para confeccionar carteles de relumbrón está fuera de toda duda. La cuestión es que ni las mejores combinaciones consiguen colgar el cartel de “no hay billetes”, y para que la función resulte rentable hay que renegociar a la baja con todos los actuantes. Pero esa no es la solución para la pervivencia.

El camino es el correcto si lo que se pretende es que en unos años sólo queden en el calendario las ferias de Abril, San Isidro, San Fermín y un minúsculo puñadito de festejos emblemáticos salpicando la geografía española. Si, por el contrario, se desea que cada temporada se continúen efectuando más de 1.800 festejos entre corridas, novilladas, rejones, mixtos, festivales y becerradas, el camino es otro, y pasa por la negociación con las Administraciones, como el resto de sectores de la sociedad.

 

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