CAPOTAZO LARGO

Xàtiva como mal ejemplo

martes, 30 de agosto de 2022 · 07:44

Durante el mes de agosto se debería haber celebrado la otrora tradicional Feria de Xàtiva, considerada la más importante de la provincia de Valencia tras las organizadas en la capital levantina. La plaza de la comarca de La Costera abrió sus puertas en 1918 para dar una novillada, aunque la primera corrida de toros tuvo lugar un año después con Rafael ‘El Gallo’ en el cartel. Desde entonces su albero ha sido pisado por las máximas figuras de cada época, como Belmonte o Joselito en sus primeros tiempos o El Cordobés y Palomo Linares en el inicio de lo que se llamó “la guerrilla” en 1969.

El coso setabense alcanzó su mayor esplendor a partir de 1989 gracias a la gestión del empresario Enrique Grau, que consiguió colgar el cartel de “no hay billetes” en varias ocasiones con la contratación de diestros como Manili, Espartaco, Joselito, Litri, Jesulín o Ponce, quien se anunció con Victorinos e indultó un ejemplar de Ana Romero. En 1996 logró que reapareciese Manuel Benítez ‘El Cordobés’ para darle la alternativa a José Pacheco ‘El Califa’ y en 1998 fue capaz de contratar a Curro Romero. En 2002 dejó la gerencia con una gran feria en la que anunció tres corridas, una de rejones, una novillada y un espectáculo cómico taurino.

Desde entonces el ciclo perdió brillo y prestigio, aunque aún ofreció combinaciones interesantes como la reaparición de Vicente Ruiz ‘El Soro’ en 2014, ya en la plaza remodelada que se había inaugurado en 2006. El último festejo se celebró el 18 de agosto de 2015, y desde entonces Xàtiva se ha quedado sin toros por la nefasta actuación de unos políticos que han abandonado el edificio dejando de lado su obligación de mantener un inmueble público declarado como Bien de Interés Local y de posibilitar la organización de todo tipo de espectáculos para sus ciudadanos. PSOE, EU y Compromís decidieron cerrar el coso “por deficiencias técnicas” para atacar y desprestigiar al PP local, que fue el partido que decidió realizar una inversión multimillonaria en una remodelación que continúa sin estar terminada y sobre la que siempre planeó la sombra de la corrupción.

Al final han sido los aficionados, los ciudadanos, quienes han pagado los platos rotos de otra “guerrilla”, la de los políticos ególatras que sólo piensan en sus intereses electorales y no en los derechos de la gente, a quien deberían servir. La Peña Socarrats, la Asociación “Che que Bou” y sobre todo el Club “Punteret” con el excelente aficionado Pepe Calatayud al frente, se han preocupado de mantener viva la llama taurina local, aunque con resultado insatisfactorio. En los Plenos del ayuntamiento han formulado preguntas incómodas referentes a la posible intención del equipo de gobierno de proponer actuaciones en la plaza, cantidad consignada en los presupuestos municipales para su mantenimiento, informe técnico acerca de su estado, proyecto de obras para su puesta en marcha… pero han obtenido el silencio por respuesta.

En 2019 el ruedo de Xàtiva cumplió un siglo. 100 años que no pudieron conmemorarse como merecía la ocasión. Los aficionados redactaron un manifiesto que se leyó en un acto al que acudió la mayoría de políticos, que se mostraron de acuerdo en que la situación es anómala, que deberían buscarse soluciones y se comprometieron a asumir las obras necesarias para poder reabrir sus puertas, aunque sólo VOX y PP firmaron el manifiesto. Pero todo quedó en el olvido a la salida de la ceremonia.

Xàtiva tiene un gran edificio que afora 9.000 localidades y que por sus características debería ser un referente de recinto multifuncional que podría usarse para cualquier actividad, que aportaría riqueza a la ciudad gracias a los eventos y espectáculos que habría de albergar, entre ellos, por supuesto, los toros. Pero los políticos, como en otras tantas latitudes, están a otra cosa que no es precisamente la de gobernar para el pueblo.

 

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