CAPOTAZO LARGO

La “novedad” de una corrida concurso en Valencia

martes, 9 de agosto de 2022 · 07:55

Con la irrupción de la pandemia nuestro Gobierno inventó nuevas palabras que nadie jamás había utilizado antes y que no contemplaba el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Una de ellas fue “desescalada”, una ocurrencia para la que ya existían acepciones adecuadas, como descenso o bajada. Que se sepa, un escalador descendía el Everest y un ciclista bajaba el puerto, sin embargo, los datos de contagio “desescalaban”. Otra expresión de nuevo cuño fue “nueva normalidad”, algo que en sí mismo es antagónico. Nada nuevo puede ser normal, porque la normalidad es sinónimo de costumbre, de habitualidad, por lo tanto, nunca puede implicar novedad.

Nautalia, empresa de la plaza de toros de Valencia, tiene la intención de organizar algo nuevo durante las fiestas de la Comunidad en octubre, y se le ha ocurrido ofrecer una corrida concurso de ganaderías, una modalidad tradicional que se aleja mucho del concepto de novedad. Pero en este caso, aún no tratándose de ninguna invención, el festejo conllevará una gran dosis de descubrimiento a orillas de Turia, donde no se anuncia una función de este tipo desde hace 32 años.

Repasando el libro de la historia del coso de Monleón escrito por Vicente Sobrino, compruebo que, el 9 de octubre de 1990, Víctor Manuel Blázquez tomó la alternativa de manos de El Soro con Enrique Ponce de testigo en una corrida concurso con toros de Galache, Antonia Juliá de Marca, Gavira, Justo Nieto, Peralta y Lamamié de Clairac. Cinco años antes llegaron a anunciarse dos de ellas durante la feria de Julio. La primera con El Niño de la Capea, Ortega Cano y Luis Francisco Esplá en el cartel, que lidiaron las divisas de Bernardino Jiménez, Torrestrella, Conde de la Maza, Marqués de Domecq y Torrealta, y un día después Pepín Jiménez, Curro Durán y Luciano Núñez se las vieron con los de Sepúlveda, Antonio Pérez, Bernardino Jiménez, Pérez Angoso, Alonso Moreno y Cuadri. En 1982 también hubo una corrida concurso en la que alternaron José Fuentes, Esplá y Copetillo frente a los hierros de Hernández Pla, Ramón Sánchez, El Tomillar, Núñez Hermanos, Murube y Félix Cameno. Ninguno de los 24 astados que saltaron al albero en los cuatro festejos reseñados destacó por su bravura y el premio al mejor toro siempre quedó desierto.

Este año, y a falta de completar el sexteto, Rafael García Garrido, gerente de Nautalia, tiene previsto anunciar animales de Adolfo Martín, Alcurrucén, Torrestrella y Fuente Ymbro, mientras espera la contestación de Partido de Resina después de que Miura y Victorino hayan declinado su participación. En cualquier caso se tratará de una composición similar a la de épocas pretéritas. Es decir, astados de ganaderías consideradas “normales” con salpicaduras de las tenidas por “duras” que serán estoqueados por Román, probablemente el recién alternativado Isaac Fonseca y un tercer espada de momento por decidir.

Desconozco si el resultado será el apetecido por el empresario y el deseable para la salud de la tauromaquia en Valencia. De lo que no cabe la menor duda es de que se trata de una idea magnífica que posibilitará que los más jóvenes puedan descubrir el funcionamiento de una corrida concurso y que los aficionados de siempre se reencuentren con esta modalidad más de tres décadas después. Bienvenida esta “nueva normalidad”. Esperemos que signifique una escalada de público, nunca un descenso.

 

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