CAPOTAZO LARGO

Fallas, Petro y Marco

martes, 3 de enero de 2023 · 08:34

Dos de las últimas noticias de 2022 que más han llamado la atención, una en positivo y la otra en negativo, han sido el anuncio de la inminente presentación de los carteles de la feria de Fallas de Valencia y la prohibición de torear en Cali al joven Marco Pérez.

Normalmente, el ciclo fallero se hacía oficial a mediados de febrero, apurando el plazo que marcaba el pliego de condiciones de arrendamiento de la plaza valenciana. Tal demora provocaba que el término para adquirir los abonos de mayores de 65 años y menores de 20, hubiese expirado antes de que se conocieran las combinaciones definitivas, algo a todas luces ilógico.

En esta ocasión la puesta de largo del serial josefino se producirá el 12 de enero, con casi cuatro semanas de antelación respecto a las fechas tradicionales, lo que, sin duda, sólo comportará factores beneficiosos para la tauromaquia en la capital del Turia, donde, un mes más pronto de lo habitual se hablará de toros y de toreros.

El siguiente paso que se intuye interesante que aborde la empresa gestora del coso de Monleón es acelerar aún más la estructura del ciclo y revelarla días antes de Navidad. Su composición sería sin duda uno de los temas de conversación en reuniones familiares y charlas entre amigos, el ambiente taurino crecería en una época tan entrañable y ofrecer la posibilidad de pedir a los Reyes un abono sería una opción muy a tener en cuenta.

Resulta evidente que muchos de los toreros a contratar están en América en periodo de negociación y que emprender este adelanto es cuestión complicada. Pero, una vez finalizada la temporada en octubre, el interés de los coletudos para la siguiente campaña ya está definido y los acuerdos podrían ajustarse de inmediato, algo que, en términos de márquetin, resultaría muy conveniente para la primera feria de primera categoría de cada año.

En otro orden de cosas, y aunque ya parece que nos hemos acostumbrado a que las ofensivas antitaurinas lleguen desde todos los flancos y, generalmente, sin argumentos legales que las sostengan, la utilización de Marco Pérez para seguir atacando la zona de flotación de la tauromaquia en Colombia resulta, cuanto menos, indecente. Gustavo Petro, presiente del Gobierno colombiano, chantajeó a la empresa de la plaza de toros de Cali con la amenaza de suspender el serial si el “niño prodigio del toreo” tomaba parte en el festival en el que estaba anunciado.

Se parapetaba el conocido prohibicionista en salvaguardar la integridad del novillero, erigiéndose con ello en protector de la juventud en un acto que solo denota su manifiesto cinismo. Según el último informe de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, Colombia es el país que más cocaína comercia en el mundo -cuyos cárteles son también denominadores de violencia-, y el segundo con mayor cantidad de organizaciones y mercados criminales. La corrupción y la impunidad de la que gozan las bandas campan a sus anchas en un territorio donde en 2022 ocurrieron 73 masacres, con una tasa de criminalidad de 71’70. El promedio de delitos sexuales es de 89 casos por día -uno cada 16 minutos-, correspondiendo el 60’9% a menores de edad. En el último año se disparó el hurto a personas, la extorsión y las lesiones personales. La media de homicidios alcanzó los 37 diarios -un asesinato cada 39 minutos-. Cada cuarto de hora un establecimiento de comercio es asaltado y alrededor de 18.000 menores son reclutados, violados y torturados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias, FARC.

¿De verdad a Gustavo Petro le preocupa la integridad de un novillero? La respuesta es evidente y la conoce todo el mundo, aficionados y antitaurinos, pero no por ello deja de ser otro acto de prepotencia manifiesta que pasa por encima de las leyes estatales que amparan la tauromaquia. Otra muestra de prevaricación que merecía una réplica conjunta, unánime y enérgica del mundo del toro.

 

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