CAPOTAZO LARGO

De la tele a los coles

martes, 26 de diciembre de 2023 · 10:02

La televisión, desde sus inicios, ha sido un medio poderoso y accesible que ha transformado la manera en que compartimos información y conectamos con el mundo que nos rodea. Su influencia en la promoción de cualquier concepto, ya sea cultural, educativo, social o comercial, es innegable. Su alcance masivo, su capacidad de transmitir mensajes de manera impactante y su papel como narrador cultural la convirtieron en una herramienta inigualable para difundir comunicaciones en la sociedad.

La televisión puso en boga el baloncesto y el balonmano cuando le convino. Hizo famosos a seres con la osadía como solitaria cualidad, con la desvergüenza como único talento. Convirtió en asuntos nacionales simples sucesos y nos enseñó a cocinar con asombrosa facilidad. Con su poder de trascender fronteras geográficas y culturales, es una plataforma ideal para la promoción de ideas que buscan llegar a audiencias diversas.

La televisión pública nunca debe dejar de lado las tradiciones y cultura del pueblo, para quien se emite; ninguna tradición y ninguna cultura, como así dictaminan sus estatutos. Pero eso lo olvidaron los políticos que accedieron a dirigir el ente nacional, que hicieron desaparecer las retransmisiones de corridas de toros a pesar de tratarse del segundo espectáculo de masas de este país que se llamaba España.

Cuando yo era pequeño y joven, se veían en abierto festejos desde las principales plazas durante toda la temporada. No importaba que uno perteneciera a una familia sin arraigo taurino, porque la posibilidad de presenciar toros sin tapujos comportaba la suficiente información para que cada cual sintiese la llamada de lo taurino o su rechazo sin necesidad de la influencia de los parientes. Pero esa libertad se perdió sin que los profesionales del sector supiesen defenderla. Sin televisión gratuita en abierto, a la tauromaquia se le complica la posibilidad de promocionarse y divulgarse entre los más jóvenes, hoy huérfanos de explicaciones veraces, fidedignas, sinceras, fieles, serias y honestas sobre el toreo y cuanto significa para el arte, la historia, el medioambiente y la economía.

Así las cosas, mucha gente se declara antitaurina por simple desconocimiento de la materia, aun cuando no disponen de información para defender su postura con unos mínimos argumentos. Y así las cosas, sólo cabe intentar llegar a la gente joven desde otros flancos, porque la televisión ya no hay quien la recupere.

No hay demasiadas opciones que comporten la exigencia de observar para luego opinar. Una podría ser la organización de excursiones escolares al campo, a las ganaderías. Ver al toro en su hábitat natural. Conocer su vida y su impacto, también su función. Eso se me antoja esencial.

La infancia y la juventud son etapas fundamentales en el desarrollo humano, donde se establecen las bases para el aprendizaje y la comprensión del mundo que nos rodea. En este periodo, la capacidad de asimilar conceptos juega un papel crucial en la formación de la mente. Captar conocimientos no se limita simplemente a memorizar información, sino que implica el entendimiento profundo y la integración significativa de saberes.

La infancia es un período que proporciona una ventana de oportunidad única para absorber ideas de manera eficiente y efectiva. Los niños tienen una increíble capacidad para absorber mensajes y construir conexiones neuronales que formarán la base de su pensamiento y formación a lo largo de la vida. Durante la juventud, la capacidad de discernimiento se vuelve esencial en un mundo en constante cambio.

Es responsabilidad de la sociedad y de los educadores crear entornos que fomenten la exploración, el cuestionamiento y el entendimiento profundo de conceptos diversos, entre los que debería estar la tauromaquia.

 

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