CAPOTAZO LARGO

¡Que viene el lobo!

martes, 4 de junio de 2024 · 07:56

¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo! Tantas veces repitió el pastorcillo que el lobo amenazaba al rebaño sin que el lobo apareciese, que su voz de alarma fue perdiendo credibilidad hasta el punto de que sus colegas dejaron de hacer caso a sus avisos. Pero un día el lobo llegó de verdad, y por mucho que el pastorcillo gritó nadie acudió a ayudarle. Y el lobo devoró a sus ovejas.

En 1991, la Ley de Protección de los Animales de Canarias, que en su artículo 1 precisaba que su objetivo era regular el amparo de las mascotas, prohibió la utilización de animales en peleas, fiestas y espectáculos, sin mencionar la tauromaquia ni los festejos con reses bravas. Alguien avisó: ¡Que viene el lobo!, pero nadie hizo caso y, a pesar de que los toros no están prohibidos en Canarias, hace décadas que no se celebran encierros ni corridas.

En Cataluña la Generalitat abolió el toreo en 2011. Muchos avisaron: ¡Que viene el lobo!, pero nadie hizo caso y, aunque en 2016 el Tribunal Constitucional anuló la prohibición, ya no se ha organizado ni  un solo festejo desde hace 13 años.

En la Monumental Plaza de México, después de casi dos temporadas sin funciones taurinas, el pasado mes de diciembre la Suprema Corte de Justicia de la Nación votó a favor de que volvieran a celebrarse toros en la capital del Distrito Federal. El mensaje era claro: no se pueden imponer a toda la sociedad los gustos prohibicionistas de un parte de la población. Sin embargo, la cruzada anti sigue en tierras aztecas con continuos intentos de paralizaciones. ¡Que viene el lobo!

En Ecuador las prohibiciones se han sucedido a lo largo de las últimas décadas. En Venezuela el toreo es ya algo puntual. El coso limeño de Acho, en Perú, inaugurado en 1766, es ahora el próximo objetivo de los abolicionistas. De momento está adjudicado para celebrar corridas hasta el 2028, algo que no tendría ningún inconveniente si no fuera porque, en 2020, el Concejo Metropolitano tomó la posición de que el consistorio de Lima no debería arrendar sus bienes para espectáculos donde haya tortura animal. ¡Que viene el lobo!

Gustavo Petro, que como alcalde de la capital de Colombia ya canceló las corridas en la plaza Santamaría de 2012 a 2017, ahora, como mandatario de la nación, pidió al Congreso abolirla. ¡Que viene el lobo!... Y el lobo ha llegado. El pasado martes, se aprobó la prohibición de las corridas de toros a partir de 2027, una decisión histórica en uno de los países de mayor tradición taurina de América.

¿Qué será lo próximo? Los antitaurinos seguirán ganando batallas mientras no haya un organismo taurino que dé con la tecla del respeto institucional al toreo con independencia de la tendencia política que gobierne. Ni la Asociación Internacional de Tauromaquia, constituida en 2004, ni la Fundación del Toro de Lidia, fundada en 2015, ni el Consejo Internacional de las Culturas Taurinas, que lleva reuniéndose desde hace más de cuatro años, han sido capaces de paralizar la ofensiva animalista a pesar del amparo legal que tienen los toros. Si alguien tiene la llave de su protección, que acuda de inmediato a la llamada de socorro, porque viene el lobo de verdad (y no hay más ciego que aquel que no quiere ver).

 

ARCHIVOS