CAPOTAZO LARGO

El tonto del tractor

Por Carlos Bueno
martes, 15 de abril de 2025 · 06:07

En junio de 1989, el ejército chino recibió la orden de acabar con la protesta ciudadana que llevaba casi siete semanas ocupando la emblemática plaza de Tiananmen, en Pekín. Se pedían libertades, acabar con la corrupción y transparencia de las autoridades dictatoriales entre otras demandas.

Tras una violenta represión que acabó con, posiblemente, miles de muertos, la mañana del 5 de junio se produjo una imagen que se hizo mundialmente famosa. Un manifestante solitario se colocó frente a un tanque que encabezaba la línea de vehículos militares. Cada vez que el blindado intentaba pasar, el hombre se movía para volverse a poner frente a él. La escena duró algo menos de dos minutos. El individuo llegó a subir al tanque y dos personas acabaron llevándoselo.

Más de 35 años después, todavía no se sabe nada de su protagonista. Una de las teorías más sostenidas es que era un estudiante que acabó siendo ejecutado, aunque el entonces secretario general del Partido Comunista nacional, negó tener conocimiento sobre su arresto.

En China, la imagen resulta desconocida para muchos ciudadanos porque la censura más grande del mundo limpia cualquier referencia que haya en Internet. Así es como, el “hombre del tanque”, nombrado por la revista Time una de las personas más influyentes del siglo XX, está condenado al olvido en su propio país.

Que se sepa, en España no hay dictadura ni censura oficial, pero hay quien se coloca frente a maquinaria de construcción, no para protestar por la falta de transparencia y de libertades, sino para intentar imponer sus gustos y tendencias. Agustín Conejo, alcalde pedáneo de Zahara de Los Atunes, en Barbate, fue detenido el 11 de abril por impedir la instalación de una plaza de toros portátil donde ocho días después estaba previsto un festival por el 40 aniversario de la muerte de Paquirri.

A pesar de contar con todos los permisos del ayuntamiento de Barbate, el dirigente de Zahara se escudó en que le debían haber pedido la documentación a él, para con ello justificar su posicionamiento ante los tractores y demás vehículos que adecentaban la zona donde se estaba ubicando el coso, negándose a retirarse hasta que fue detenido por un delito de desobediencia a la autoridad y después trasladado al cuartel de la Guardia Civil.

El socialista Conejo ya ha quedado en libertad con cargos, y asegura que seguirá peleando para que no se instale una plaza de toros en su localidad, un alegato al desprecio a las libertades, a la intolerancia, al atropello a la pluralidad y a la falta de palabra, esa que dio cuando prometió el cargo sobre la Constitución y que ahora demuestra que no vale para nada porque, en realidad, sólo es un intransigente, un dictador en busca de protagonismo con la pretensión de convertirse en el nuevo “hombre del tanque” aunque simplemente sea “el tonto del tractor”.

Con la cantidad de narcos que transitan en sus lanchas ilegales por las playas de Zahara, y el tonto preocupado por impedir un festival taurino legal. Cuánta falta hacen los socialistas cabales de siempre.

 

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