JUAN CARLOS MESA

Roca Rey desata la locura en Madrid

El premio gordo estaba en el sexto toro de Roca Rey que se bajó de la camilla de la enfermería con una herida en el glúteo que le provocó su bronco primero, y lo hizo para desatar la locura en los tendidos, con un toro pleno de ímpetu y nobleza en sus embestidas
miércoles, 22 de mayo de 2019 · 21:58

Novena de San Isidro, la de Parladé, con el cartel de no hay billetes colgado desde hace días, atendiendo la llamada del gran ídolo de la tauromaquia, el diestro peruano Andrés Roca Rey, Don Andrés Roca Rey. Encabezaba el cartel Manuel Jesús, El Cid, en el año de su despedida y el renacido Alberto López Simón que venía de triunfar en Fallas, Zaragoza y Aguascalientes.

Decepcionó la corrida del segundo hierro de Juan Pedro Domecq, carente de casta y bravura, sus señas de identidad, pero con nobleza. El Cid corrió en "mala" suerte con el peor lote, dos toros sin chispa, lo que unido a su particular cruz con la espada le impidieron despedirse con la grandeza que merece pero con el premio de la tremenda ovación que le dedicó el público de Madrid.

López Simón cortó una oreja a su primero con el que mostró que está completando con éxito su rehabilitación profesional, esa que le debe llevar de vuelta a esas cinco puertas grandes que colecciona en Las Ventas. Buscó a quemarropa la puerta grande con un segundo rajado de inmediato. Le quedan dos tardes más en las que debería abrochar esa media puerta grande de hoy.

El premio gordo estaba en el sexto toro de Roca Rey que se bajó de la camilla de la enfermería con una herida en el glúteo que le provocó su bronco primero, y lo hizo para desatar la locura en los tendidos, con un toro pleno de ímpetu y nobleza en sus embestidas. Lo sometió con su muleta, exigiéndole y con una variedad de recursos al alcance de los pocos elegidos para la gloria, pases cambiados, estatuarios, una serie final de bernardinas que desató la histeria en la plaza. Para el recuerdo esa segunda tanda al natural que nos puso los vellos de punta.

Tercera puerta grande del peruano en Madrid, preludio de muchas más que vendrán, como irán los aficionados allá donde él esté, entregados a su religión. Nos lo comentaba Simón Casas en víspera del inicio de feria y así se ha confirmado hoy, el peruano es ya al toreo lo que Federer al tenis o Messi al fútbol, todo un icono mundial.

¿El detallazo de hoy? López Simón tras romper el paseíllo cruzó a la puerta de chiqueros para entregarle al capote de paseo al Rey Emérito, Don Juan Carlos.

 

15
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Esperanza
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Indiferencia

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