Simón, a gatas no, erguido

Hace un año en vísperas del comienzo de la feria de San Isidro hablábamos con Simón Casas artífice de una feria 2019 que prometía y que a la postre resultó brillante. Era inevitable preguntarle por el gran reclamo de la tauromaquia mundial, más allá del diestro peruano Roca Rey, el matador de Galapagar, José Tomás "Si un día quisiera José Tomás torear en Madrid pues lo contrato a gatas". No ha sido en Las Ventas (se acaba el tiempo y los carteles están ya perfilados, ¡esperemos el milagro de última hora!) pero será en el coliseo francés, un escenario incomparable en una feria de primer nivel, mejor dicho, dos. Desconozco si el empresario francés tuvo que recorrer los cerca de mil kilómetros que separan Madrid de la ciudad gala a gatas, pero desde luego la vuelta la puede hacer muy erguido y satisfecho, ha tocado pelo donde más difícil parecía, no en vano Nimes no es Huelva, Granada o El Puerto, con todos mis respetos, es mucho más.

He cuestionado en ocasiones la hoja de ruta de Tomás, tiene mucho que aportar a los toros en una época donde los ataques que sufrimos son numerosos y desde diferentes trincheras, sin el respaldo de las instituciones públicas, bajo el manto de un gobierno respetuoso pero poco taurino. Citas como la feria de Pentescostés en mayo o la feria de la Vendimia en septiembre son garantía de espectáculo y repercusión global, un altavoz para contar a los cuatro vientos las bondades de esta noble arte. Tiempo habrá de debatir sobre lo arropadito de los dos carteles y despejar la ecuación de los hierros, que dará mucho que hablar.

Donde no hará doblete el genio madrileño será en la feria del Corpus en Granada, de la mano de Lances de Futuro. El mismo día que se conoció su presencia en Francia, algún corrillo de twitter, ¡ay twitter! soltó la segunda bomba, esta de mecha corta, y como era de esperar la explosión fue un petardo; se apresuró la gente de Garzón a desmentirlo, no iba a ser tan torpe de solaparse debajo del anuncio de Simón. ¿Es posible? Podría, pero no tiene pinta, ¿tan próxima a la fecha de Pentecostés?, complicado, ¿repitiendo plaza?, mucho más. Y desde luego si había una mínima opción, el chisme vespertino la finiquitó.