Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro

Muchos habrán sido los aficionados que se hayan ido de este mundo sin poder hacer realidad su sueño de poder visitar una ganadería, hablar con un torero o pisar el callejón de Las Ventas. Por contra y en apenas dos días, el declarado antitaurino Fran Cuesta logra codearse con los taurinos más influyentes, pisar el callejón de Las Ventas y presenciar un tentadero en la legendaria ganadería de D. Baltasar Iban.

Muy agradecido arremete contra el descontrolado movimiento animalista y vegano, mientras alaba en las redes sociales el respeto y la educación con que le reciben los taurinos en sus encuentros.

Todo un show televisivo con altas dosis de postureo que parece beneficiar más al presentador que a los taurinos. Hoy, a más de dar la enhorabuena a la Fundación por su comportamiento, quiero insistir a esta y a los profesionales en aumentar la atención y deferencia hacia nuestros aficionados, esos que para visitar las ganaderías pagan, esos que llenan las plazas pasando por caja, esos que tal vez nunca visiten un callejón, sí esos que los matadores esquivan a pesar de ser los que dan sentido a su trabajo. Hoy me gustaría que mi reflexión hiciese efecto y lograse que los profesionales se volcasen más en estos, que al fin y al cabo son los que día tras día salvan la tauromaquia. Porque está muy bien ser educados y receptivos con quienes nos juzgan, pero si no das pan a tu perro se muere de hambre mientras que, si das pan a perro ajeno, pierdes el pan y pierde el perro.