OPINIÓN

Teruel is different

viernes, 13 de julio de 2018 · 09:29

Rodeado de la multitudinaria algarabía de los turolenses y paseando por sus calles de reminiscencia mudéjar, me veo envuelto en la vorágine festiva de una ciudad que rinde culto al Rey Toro desde tiempos remotos, cuyas calles se engalanan y adecuan para recibir en sus fiestas mayores en honor al Santo Ángel las diferentes tauromaquias que rememoran la toma de la fortaleza musulmana por parte de unos caballeros aragoneses conducidos por un toro bravo.

En la actualidad, Teruel se vuelca del 7 al 10 de julio en unas fiestas singulares en las que el toro es el epicentro, logrando combinar la modernidad y la tradicionalidad de lo viejo y lo moderno, con lo popular y selecto de las diferentes modalidades taurinas.

Calles repletas de gentes dispuestas a disfrutar de unas fiestas iconizadas por el toro, pero que en su contrapunto observa grandes claros en las gradas de su emblemática e histórica plaza de toros.

La coherencia nos debería llevar a llenar el coso taurino turolense (palacio del rey toro) en las fiestas de este, pero que aún y a pesar de este contrapunto, Teruel no deja de ser una ciudad volcada en sus fiestas taurinas.

Llegado ese momento en el que el alba gana terreno a la noche, me dispongo abandonar esta ciudad aragonesa sin saber si los toros son la fiesta, si la fiesta va unida a los toros, o se hace fiesta gracias al toro.

La verdad es que no lo sé, pero lo que si tengo claro es que taurinamente Teruel existe y es  ¡Wonderfully different!.

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