Dos artículos para un incierto futuro

Repasando la prensa taurina nacional leo dos interesantes artículos muy diferentes, pero con mucho en común que logran captar mi atención e interfieren en la realización de mi reflexión semanal.

Por un lado y en riguroso orden cronológico, el viernes 10 de agosto leo en el semanal taurino Aplausos la entrevista realizada por el periodista D. Ángel Berlanga al maestro de Chiva Enrique Ponce. En ella, el periodista valenciano utiliza para dar título a la entrevista las declaraciones de D. Enrique Ponce; “Con carteles fuertes y buenas entradas, los políticos no se atreverán a ponerse en contra”.

Una breve entrevista en la que ambos dan un repaso a la historia e importancia de la plaza de toros de Illumbe en San Sebastián en el vigésimo aniversario de su inauguración y en la cual el propio maestro de Chiva formó parte y logró abrir la puerta grande por vez primera.

El Maestro, siempre tan señor e instaurado en su idílico e irreal mundo lleno de palmeros, logra descubrirme lo que leería dos días después en el artículo de D. Antonio Lorca en la edición del domingo 12 de agosto en el periódico “El País”. “Las figuras del toreo, avaladas por un rancio ‘sistema’, ya no llenan las plazas”.

Si señor, el Maestro de Chiva y máxima figura de la tauromaquia de las últimas décadas, no se le recuerdan ningunas declaraciones que le comprometan a favor de su oficio y logra mantener su respeto gracias a la ambigüedad que le permite navegar sin tener que mojarse.

Por eso, me sorprende que el de Chiva declare sobre el atractivo, cuidado de la composición de carteles y la vulnerabilidad de una plaza de toros vacía, ya que él forma parte de ese selecto grupo de espadas que merecedor de ello, rompe el equilibrio económico y hace impracticable la combinación de figuras a excepción de las cuatro ferias más importantes del año taurino. Figuras que por cierto y como bien dice el artículo de D. Antonio Lorca ya no llenan las plazas.

Esto me hace retroceder a las declaraciones e intenciones del Productor Simón Casas en las que hacía referencia a principio de año en su intención de convertir la tauromaquia en un espectáculo elitista y con un controlado número de festejos al más puro estilo Formula uno o mundial de motociclismo.

¿En verdad queremos esto?, con la introducción del bombo y la búsqueda de nuevas fórmulas perdemos nuestra identidad sin realmente centrarse en los valores que hacen diferente y única nuestra identidad y cultura.