EN CORTO Y POR DERECHO

Algunas verdades… mías

Por José Carlos Arévalo
viernes, 1 de noviembre de 2024 · 09:15

En el toreo no hay verdad sino verdades. Y las hay de todo tipo: molestas o admirables, valientes o interesadas, independientes o sobornadas. O sea, hay verdades que son verdad y también muchas verdades no verdaderas.  Ahora que ha terminado la temporada y parece ser que nadie se atreve a decir lo que ha pasado aquí, voy a contar unas cuantas verdades verdaderas. Las mías, por supuesto. Con el permiso de ustedes…

Los tres toreros más destacados de la temporada, por encima de gustos respetables y subjetividades caprichosas, incluidas las mías, son los siguientes y por las siguientes razones:

El líder del toreo es Andrés Roca Rey. Lo dice el público. No con palabras. Lo dice con la única prueba inobjetable: pasar por taquilla. Y cuando un torero es el único que llena las plazas durante toda la temporada, negarle es negar al público, a todos los públicos. Y el de los toros -ojo, no el aficionado ni el crítico- no se equivoca nunca.

El mejor torero del escalafón es Daniel Luque. Porque no solo puede a todos los toros, sino que torea a todos los toros, a los buenos y a los malos. A los buenos, con un temple embriagado, con una expresión luminosa, con una bellísima verdad. Y a los malos, exactamente como si fueran buenos. No se sabe qué valorar más, si su temple o su mando, si su maestría o su arte. Es torero por los cuatro costados.

El torero que mejor torea de todos los toreros es Juan Ortega. Su temple imanta y adormece a los toros. Su trazo cincela lances y pases de una belleza absoluta. El embroque de su toreo es el más reunido y alargado que yo he visto. Hace dos faenas, una con la capa y otra con la muleta. Y suele matar con buen estilo, con suavidad en la mano izquierda y contundencia en la derecha. Ortega tiene el temple de Castilla y la magia de Triana.

Y de Morante, ¿qué? Morante juega en otra liga. Morante torea más allá del bien y del mal.