OPINIÓN

Pura entelequia

lunes, 28 de mayo de 2018 · 10:13

Los aficionados a los toros sabemos que hay personas, asociaciones, etc., que se muestran sistemáticamente en contra del espectáculotaurino y lo expresan públicamente. Este acontecimiento, así lo consideraba don Enrique Tierno Galván, les irrita y le dedican manidos tópicos.

Con cansina cadencia no ha faltado la columna del articulista que arremete, con ocasión de la Feria de San Isidro en Madrid, está vez bajo el título “LA MATANZA,” no la del cerdo, que es lo primero que podría imaginarse un lector que no estuviera a la espera de la anual diatriba...

Salió pues a la luz el repudio de la lidia, espectáculo legal que mereció el amparo del Tribunal Constitucional tras la prohibición en Cataluña, luego no cabe  dudar de su legitimidad.

Escribo procurando comprender las personalísimas fobias de cada cual, así como la necesidad de desahogo de las hostilidades que conllevan ciertas actitudes deseosas de censurar lo que no les agrada, lo intentaré a modo de glosa sobre algunos párrafos de lo publicado para desmerecer la tauromaquia y de alguna manera a quienes asistimos  a las corridas:

“Más allá de la crueldad, la corrida de toros como diversión es ante todo un espectáculo rancio y anacrónico, que ya no está a la altura de los tiempos (…)”

Opinión que no comparten las miles de personas que van a las plazas..

No es verdad lo de rancio y anacrónico;múltiples publicaciones, programas de radio, televisión, conferencias, actos culturales, etc. lo desmienten. No hay divisiónentre la afición a los toros y el espíritu moderno. Nada tiene que ver una cosa  con  la otra, es pura entelequia.

Chirría también referirse  en estos términos:

“(...) residuo de un costumbrismo chungo, que ha pervivido hasta hoy arrastrando desde el fondo del siglo XIX toda la caspa española consolidada.”

Lo que me hace suponer se desconoce que el toreo ha evolucionado conservando los elementos esenciales: valor y técnica para burlar al toro con el resultado plástico del emocionante arte del toreo.

Se  lidia mejor en el siglo XXI que en el siglo XIX.

“La matanza”se aparta tanto de la realidad taurina contemporánea que resulta hasta jocoso leer:

“(...) la Feria de San Isidro solo es compatible con los escaparates galdosianos del viejo Madrid donde aún se exponen bragueros y suspensorios de estameña, lavativas y aparatos ortopédicos que ya nadie usa.”

Sólo alguien que no quiera ser ecuánime puede asociar tiempos, espacios y cosas tan extravagantes en contra de lo  taurino.

Y hasta trae a colación que “(...) en los carteles de la feria se exhiben toreros con el torso desnudo lleno de tatuajes como esos metrosexuales”.

Ni la aportación del arte fotográfico a los carteles pasó este año el filtro.

Voy aterminar porque el acoso, por repetido,es sabido:

“(…) la fiesta nacional tiene un sabor a caldo revenido cuya estética es consustancial al tiempo de las cataplasmas, del permanganato, de los calzones largos de felpa, del orinal bajo la cama o de aquel colchón de borra(…)”

Rezuma aversión.

Mientras sigue con éxito la isidrada 2018; se comprende la irritación de algunos.

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