JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ

Los caracolillos

sábado, 24 de octubre de 2020 · 09:08

Los caracoles chicos, en el último suspiro del verano, se empinan en las cañitas de los aromáticos hinojos. En ese momento, por lo que se ve, en el campo faltan hinojos o sobran caracoles.

No soy biólogo ni naturalista y no me apetece indagar en internet porque es razonable que uno no alcance a explicarse todo lo que existe y ve.

Expuesta la confesión escribiré que, cuando caminando por el campo observo los estragos del sol del verano, percibo también la urgencia de los campesinos por cosechar los almendros y vendimiar, mientras se van terminando de pintar granadas, caquis y membrillos.

En uno de esos paseos camperos, pisando la requemada tierra, me quedé absorto, durante un rato, sobre una haza baldía, colonizada por millares de caracolillos encaramados en cientos de golosas cañas de hinojo, igual que muchachos aupados en las cucañas.

Alguien, me digo, sabrá la causa de la preferencia de los caracoles por esas alturas vegetales; yo  la  desconozco y se me antoja diversa, como se infiere de las preguntas que me asaltan y que no descarto puedan resultar descabelladas:

¿Carecen los caracoles, tras el estío, de humedad en el suelo y trepan para obtenerla de los hinojos?

¿Huyen, quizá, de depredadores veloces y bichos reptantes?

¿Compiten los caracoles entre ellos por alcanzar un misterioso liderazgo?

Si fuera poeta quizá hubiera imaginado que lo que ansían los caracoles es componer cuentas de collares y pulseras.

Pero uno es de ciudad y fue al campo a respirar   -sin un programa en la memoria de Félix Rodríguez de la Fuente, sobre la vida de los gasterópodos-, y se sorprende ante los caracolillos, tan apelotonados, como botones sin ojal.

Tendría que dedicar tiempo, un tiempo benedictino, para observar y tratar de averiguar el escalamiento de los caracoles, que barrunto debe responder a un comportamiento vital (mientras escribo lo comento con mi esposa y me pregunta: ¿No me dijiste que el hinojo  sabe a anís y es ingrediente de ese licor? Pues ahí tienes la explicación: Los caracoles se “colocan” con la planta).

Las conjeturas humanas puede que nada tengan que ver con el comportamiento de los caracoles. Podría investigarlo para deshacer la hipótesis de mi esposa, pero mi pretensión era más modesta, poner  el comentario a la foto y despedirme del verano.

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