MIKA ZARCAS

Una semana ya...

sábado, 28 de agosto de 2021 · 21:50

Una semana ya de unas de las alternativas más toreras y con más trapío que se han dado en la tauromaquia en los últimos años.

Para mí, a título personal, tenía todos lo ingredientes que necesito y eso es, porque en mí, se mezclaba, cómo si de una coctelera se tratase, lo emocional y la objetividad que debo mantener.

Una semana ya, desde que, humildemente, daba cuenta de lo que se vivía en Sanlúcar de Barrameda.

Para la Tauromaquia y nuestra Fiesta, siempre es ilusionante y esperanzador que se lleve a cabo una alternativa, porque implica sueños de futuro y continuidad, pero en este caso en concreto y como decía antes, a mí se me mezclaban emociones personales pues estaba conformada por muchas de las debilidades con las que cuento:

Quien recibía la alternativa lo considero amigo, de ahí que sea consciente de su lucha, su tesón y su constancia por llegar a ese mágico momento en que te nombran “TORERO”.

Ese momento tan especial de una carrera, se producía en el incomparable marco que ofrece El Coso del Pino… otra de esas debilidades de las que os hablaba, que tan al detalle mima su ejemplar empresario Carmelo García.

Apadrinado por un gigante del toreo como es Rafaelillo y remata como testigo, mi tan querido como admirado amigo Octavio Chacón.

Podría seguir enumerando “debilidades” personales que se daban cita hace una semana ya…pero prefiero contar cómo lo viví a pesar de ser consciente que mis palabras no estarán a la altura de lo que necesito transmitir.

Ya en el Patio de cuadrillas y entre el olor a incienso que emanaba la capilla, se sentía la tensión…la responsabilidad…los nervios… casi se podía “mascar”. Por fin arrancaba el paseíllo para dar comienzo la, tan esperada cita. Ese día había un “color” diferente, casi de otra época… un sabor añejo del que hacía tiempo que no disfrutaba en una plaza… no tenía nada que ver con la vestimenta de época, era más bien el ambiente… esa afición volcada… la planta y actitud de ese ganado de hierro mítico, que dicho sea de paso, hace años que poco o nada disfrutamos de hechuras así en el redondel…

Una semana ya que no quería perder detalle, que quería embeberme y grabar en mis recuerdos cada segundo de lo que allí estaba ocurriendo y de pronto lo vi, no entiendo cómo conociéndolo no lo pensé antes, miré a Cristóbal en la distancia mientras Octavio paseaba su, más que merecido trofeo, y lo vi… lo leí en su cara… su mirada fija, casi perdida en otra dimensión, rictus serio… casi pensativo y entonces lo supe: Cristóbal iba a por todas y o salía por la puerta grande o lo haría por la enfermería… salió a realizar la faena soñada…la que hace historia y la que se marcaría con letras de fuego en la historia del día de su alternativa…

Así es Cristóbal Reyes, una fuerza de la naturaleza al que el ímpetu le desborda y sale por cada poro de su piel… lo estaba logrando, un “recién llegado” y que, literalmente, acababa de recibir la alternativa, estaba realizando una faena a un “bicharraco” ante el que no se plantan ni las figuras más admiradas del escalafón y de pronto: el tiempo se paró, se congeló y se nos heló la sangre a todos los presentes cuando lo prendió “Navajito” , que es cómo se llamaba el morlaco.

No sé si por la perspectiva de visión que teníamos…por el shock del momento… por ese no querer creer lo que tus ojos te están contando… mi pensamiento (y creo que fue generalizado) fue “l¡¡lo ha matado!!”, cuando vi su cuerpo inerte… vapuleado y a merced de un señor toro, que además, volvía y volvía a por él…

Una semana ya de, cómo se dice en mi tierra “se le apareció la virgen a Cristóbal Reyes” y de que, lo que a priori parecía una carnicería, quedó en contusiones y lo que es más milagroso aún si cabe: ¡no hubo cornada!…

Una semana ya que, además de tomar la alternativa, Cristóbal Reyes volvió a nacer…una semana ya que tenemos un nuevo torero en esta lucha en lugar de uno menos…una semana ya…

 

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