RICARDO DÍAZ-MANRESA

Mondeño: diferente, siempre torero y algo monje

viernes, 20 de enero de 2023 · 12:07

No cabía tanto MONDEÑO en un solo artículo, por eso sigo. Salió de la pobreza de PUERTO REAL para hacerse famoso y puede que rico con su toreo. Desde luego, con un buen vivir para siempre. Primera gran etapa la suya en los ruedos codeándose con los mejores.

Su anuncio de que se iba al convento de los dominicos dejando el oro del mundo y del traje de luces, fue una conmoción en aquella etapa del franquismo. Acaparó periodistas a puñaos y radio y televisión a raudales como personaje excepcional. Monje y extorero popular tenía tirón e imán.  Manifestaba  una vocación religiosa firme que duró poco, él sabrá por qué. Incluso se habló de que los dominicos lo utilizaron como gran atractivo turístico para las visitas al convento. El caso es que se cansó y dejó los hábitos.

Cuentan una historia que, antes de irse a cumplir con su vocación religiosa,  dejó todos los bienes a su hermano, que se negó a darle nada cuando regresó del convento, y quizá por eso y porque siempre fue torero volvió a los ruedos para ganarse los garbanzos y crear un nuevo patrimonio. Pero la vida es tan rara, misteriosa y sorprendente que encontraron muerto a su hermano en la finca y así recuperó todos sus bienes donados tan generosamente.

El MONDEÑO de la vuelta no fue el MONDEÑO de la cumbre, pero se tapó bien amparado por la simpatía de su público, que siempre lo reconoció como un torero honrado y diferente.

Diferente porque pocos toreros tuvieron vocación de monje y probaron entrar en el convento como nueva forma de vida.

Diferente porque no le importó la sociedad ni sus opiniones.

Y diferente porque con los hábitos de dominico, que por cierto le sentaban muy bien, era un bocado apetitoso para los periodistas.

Y diferente porque tuvo su opción personal de vida y vivió mucho tiempo en París, alejado del toreo, aunque después  murió en su terrenal corazoncito andaluz, en SANLÚCAR LA MAYOR. Su vida íntima, suya y respetabilísima, la han sacado a tumba abierta en el MUNDO, con detalles innecesarios. Sólo les ha faltado decir que, ya cuando toreaba, los PUERTA, CAMINO, ORDÓÑEZ, OSTOS etc, le gastaban algunas bromitas, pero no he visto a persona humana  más discreta, elegante y respetable. Un señor. Para mí, inolvidable.

Siempre diferente, siempre agradable, siempre educado, siempre queriendo ayudar a los demás, es un ejemplo de lo que hoy hace falta en el toreo :personalidad con estilo propio. Y vocación profunda en los ruedos. Y ser grande dentro y fuera de la plaza.

Siempre torero y algo monje. Y así entró en la Historia.