RICARDO DÍAZ.MANRESA

Imposibles sanfermines por la globalización de la tele

sábado, 13 de julio de 2024 · 09:24

Cómo ha cambiado todo y no digamos los sanfermines. Es ya un sueño pensar en nuestra etapa de inicio en los encierros cuando íbamos de estudiantes aficionados a los toros y a la vida y podíamos alojarnos, y pagar, los hoteles del centro y podíamos comer, y pagar, los restaurantes medios y populares de las calles nombradas de la ciudad.

La tele lo cambió todo. Los descubrió para muchos millones de personas. Y gran parte de ellas han querido desde entonces venir a Pamplona. Y… reventón.

Y por el tumulto de curiosos y enamorados de estas fiestas, subieron los precios como la espuma hasta el punto de convertir en imposibles los de hoteles, hostales, habitaciones particulares, cualquier alojamiento por modesto que sea, etc

Imposibles los restaurantes muchos de los cuales multiplican los precios del resto del año, poniendo en la carta el dibujo de un toro y un corredor.

Imposibles los precios de los balcones de las calles del encierro. Vistas y desayuno, por persona, algo carito.

Menos mal que es gratis los que van dos o tres horas antes a coger sitio en el segundo vallado. Aunque, según vemos, estos vallados los numerarán y cada uno podrá sacar y tener  su puesto individual. ¿A cuánto?

Desde siempre, y pagando, claro, se puede ver en la plaza de toros cómo llega el encierro. Y ahora la masificación hace que se llene la plaza todos los días, cuando antes sólo ocurría los fines de semana. Las otras fechas había huecos.

Las entradas a la plaza, abonadas casi todas,  como siempre pero un poco más. Llenazos diarios aunque toreen pelé y melé. Los que vienen de fuera a ver una corrida o no la encuentran o van a la reventa y… un pastón. Antes de la globalización,  no era imposible solucionar el problema, el deseo o el capricho.

Ya saben que lo del público en Pamplona es diferente como todo. En otras partes, se pregunta ¿dónde vas? Y se responde ¡a los toros!. Aquí la gente que abarrota la plaza cada día no va a los toros, ni a los toreros, sino simplemente a la plaza porque es lo que hay que hacer por la tarde en sanfermines. La tradición. La costumbre. El dejarse ver.

Pregunte a la mitad de la plaza quién torea y de quién son los toros y verá las respuestas. No digo ya a los tendidos de sol.

La tele vio las audiencias de los encierros y echó toda la carne en el asador y le va de maravilla, aunque desprecie lo demás.

Total, la ciudad abarrotadísima, en la carrera del encierro poco sitio para tantos corredores y los precios imposibles. Son los nuevos sanfermines.

Y ya TVE hace hasta dos programas. Uno desde las 07:17 hasta 08:30 y después siguen hasta las 09.10 o más. Total, dos horas de tele de encierros y ambiente de sanfermines. Nada menos. Y a las corridas de la tarde, que les den.