FIRMA INVITADA
Sevilla, y Morante por abril, inolvidable y graciosa
Por Ricardo Díaz-ManresaInolvidable lo de Morante en Sevilla. Pasa el tiempo por él y lo mejora. Vaya lances a una mano toreando como los ángeles. No lo habían visto los más viejos del lugar, pero alguno recuerda que Manuel Benítez “El Cordobés” lo intentaba. Pero también dicen que no se puede ni comparar. Incluso alguno se ha atrevido a decir que es tan importante como lo del rabo hace dos años. Que cada uno opine lo que quiera.
E inolvidable también la reacción de el Juli en el tendido. Mirad la foto del entusiasmo del torero, roto de admiración. Y es que a Julián le corre la sangre por las venas y siente el toreo desde el primer pelo de la cabeza hasta la última uña del pie…Y, mientras, fíjense en todos los espectadores que están a su alrededor…No reaccionan o porque no lo valoran en toda su dimensión y se quedan mudos y absortos y o porque no tienen capacidad para reaccionar en ese momento…
Y bien están las orejas para Morante pero ha habido algunas otras que… Hay pañuelitis. También en Madrid. Cuidado.
Recordable por emocionante que el padre de Javier Zulueta, alguacilillo de la Maestranza, le entregue a su hijo los trofeos. No habrá muchos casos anteriores.
Y coincidencia de dos nombres ilustres en la plaza de toros de Sevilla : Pablo Romero y Victorino. La Pablo Romero, Macarena además, presidiendo la tarde desde el palco y los victorinos en el ruedo.
Y ver a Manolo Escribano, que ha desechado los vestidos horribles, enfundarse en uno con la Giralda y el Giraldillo y oir el pasodoble Giralda mientras toreaba. Conjunción perfecta de vestido, música y emociones.
Y qué bonito es ver carteles rematados sevillanos que, además, complacieron y mucho por lo hecho en el ruedo. Uno: Morante, Juan Ortega y Pablo Aguado. Y el otro: El Cid, Manolo Escribano y Daniel Luque.
Y comprobar la dimensión de Perera, que se sale. Su forma y su entusiasmo están al máximo. Y los que saben Perera dicen que fue uno de los mejores toreros de los últimos 30 años, no valorado en toda su dimensión ni en sus temporadas de estratosfera. No se cansa.
¿Intentó Luque el toreo con el capote a una mano o fue solo un recurso técnico como cuando los peones recibían a los toros, costumbre lógica y positiva que desapareció absurdamente contra los intereses y la comodidad de los espadas?
Y dos curiosidades.
El Cid en Sevilla escoltado por Moeckel, fiel seguidor permanente, cuando entra a rezar a la capilla del Baratillo.
Y un pañuelo que le llega a Susana Griso de la tarde cumbre de Morante solicitado al torero por su mozo de espadas para las cosas fuera del ruedo, Moeckel, naturalmente. ¿Para qué intermedió en este este regalo?. De momento para inflar protagonitis. Y hasta dice que la cofradía más taurina de Sevilla, que lo es, pero no por eso, afirma que lo es porque los nazarenos se llenan las zapatillas del albero de la Maestranza. No. He salido de nazareno en el Baratillo, del que soy hermano hace mucho tiempo, y formábamos en los pasillos de la plaza. Ni un granito de arena. Veíamos el ruedo desde lejos. Otra Moeckelada.