OPINIÓN

José Tomás, para qué otra vez

miércoles, 25 de julio de 2018 · 10:29

Pretendió ser un héroe, una ocasión más, y lo fue. Y aquellos de sensibilidad angélica disfrutaron gozosos su portentosa tauromaquia. Llenó la plaza a rebosar y llenó de millones una ciudad con suerte, elevando a categoría suprema una tarde de toros metida en triunfos. La historia de Algeciras, en tanto que bonita e ilusionante, no se repetirá más en este 2018. Una, y no más. Ni en la rumoreada plaza de Nimes por la vendimia, ni en la de Valladolid de Matilla. Lo publicó el diario El Mundo hace unos días: “José Tomás ha “liberado” los toros reservados en las ganaderías de Núñez del Cuvillo y Victoriano del Río”. La anormalidad convertida en salsa de lo absurdo.

Ese absurdo que destapa la realidad. La realidad de quien acaba provocando en la gente el doble sentimiento de esperanza y decepción. Y ¿por qué? La pregunta, por su sentido, pierde su significado al llevar implícito un “y para qué”. Para qué más. Para qué otra vez.

Es un hecho innegable que el más deseado de los toreros ha decido no torear. La única duda es si ya nunca más. Así que quien provoca emociones incontenibles no volverá a conmocionar a quienes peregrinan en busca de su pasional y poderoso toreo. No volverá a promover un nuevo encuentro con públicos motivados y dispuestos a impresionarse con esa tauromaquia hecha con un alto sentido del valor, muy pura, y con la magia de ese juego entre la vida y la muerte. El simbolismo de esta Fiesta, atacada y vapuleada, no será símbolo en ninguna otra plaza de España y Francia durante el presente curso taurino. Y no dará cuenta de la razón que lo impide. Su toreo de impacto no volverá a lucir, ni mucho menos, en competencia con los que arriba están. Ni siquiera en cosos de segunda. José Tomás no aspira a más.

Él ha decidido convertirse en eremita del toreo y está en su derecho. Es su tauromaquia y su obra las que han hablado por sí solas. En todo caso, la importancia de lo que hace y su relevancia es un fenómeno relativamente entendible. Quizá por esto, los toros necesitan de toreros ensoñados reclamos de públicos. En este sentido hay necesidad de tocar el santo. Y más en esta época tan compleja y difícil para la Fiesta.      

59
31
23%
Satisfacción
13%
Esperanza
11%
Bronca
21%
Tristeza
5%
Incertidumbre
25%
Indiferencia

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