MANUEL VIERA

Vuelve el toreo

miércoles, 24 de junio de 2020 · 09:29

Ya existen las bases. Ahora que el mecanismo no falle. De todas formas, resulta difícil determinar qué puede ser determinante para que todo lo teórico se convierta en realidad. La mesa de trabajo de cualquier empresario taurino debe dar vértigo. Sobre todo, por lo que no es, a priori, fiable por la inconsistencia de lo posible. Por lo complejo de una invitación a emprender un viaje sin probable llegada.

El “reconvertido” ministro de Cultura tenía claro de qué forma lo haría. Tal vez por eso supo asumir con naturalidad lo expuesto, por los representantes de todos los estamentos del toreo, dejando frases ministeriales para testificar que algo hemos avanzado. Sea como fuere, son ya las comunidades autónomas las que tienen las competencias para la vuelta de la actividad taurina. Y ahí andan, pactando con los profesionales del mundo del toro, dando algunas facilidades administrativas -caso de la andaluza- para hacer posible la recuperación del espectáculo en las excepcionales condiciones que estarán en vigor mientras dure la crisis sanitaria que padecemos.

Pero uno se pregunta todo aquello que esconde lo opaco. Lo que apenas se nombra y permanece en silencio. Ese metro y medio mínimo entre espectadores, según indican las medidas de prevención en materia de espectáculos taurinos publicadas el pasado viernes en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), no casa con ese cincuenta por ciento de aforo ahora permitido. O ese otro setenta y cinco por ciento después. Algo que define la ambigüedad y la perplejidad que se propone. Una percepción difusa de la realidad.

La vuelta de las corridas de toros, por necesarias, no deja de ser una idea feliz, aunque esconde múltiples problemas convencionalmente muy poco viables. Su celebración puede ser un bálsamo momentáneo, pero no una solución. La Tauromaquia seguirá sin ver un solo euro de los presupuestos dedicados a Cultura. A fin de cuentas, como en otras muchas cuestiones, serán los empresarios quienes deberán buscar el mejor camino para volver a ese deseado lugar. No será posible llenar una plaza, pero quizá sea alcanzable encontrar en ella la emoción. Escuchar el silencio y también la ovación. Sublimar el toreo. Soñar con él es estar allí.

 

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