GALLEANDO

Una incógnita

miércoles, 20 de enero de 2021 · 07:23

Poder celebrar corridas de toros en este 2021 es intención, ilusión y, quizá, utopía sobre el objetivo de un sueño vital. A manera exacta en que las circunstancias, hoy, son graves realidades que hacen del deseo una adversidad. Tal vez, porque esa maniobra política por mantener el equilibrio entre economía y salud, dio rienda suelta a una movilidad, tan apetecida como nefasta, que ha multiplicado la desgracia. Acaso, porque las irresponsabilidades de mucha gente han arrojado a la basura el esperanzador e inmediato futuro con un presente innecesariamente penoso.

El ánimo está casi roto. Aunque se quiera iniciar el comienzo en la urgencia de unas celebraciones que han del salvar el toreo. Además, a los pocos empresarios que dieron toros el pasado año se han unido otros que también trabajan por descubrir como pueden organizar, a la medida de los sueños de la alicaída afición, ilusionantes festejos. No había habido nunca tanto empeño. Tantas ganas de hacer cosas sabiamente estudiadas para organizar lo que tanto necesita la tauromaquia. Es indispensable, sí, arrancar y echar a andar ante tanto infortunio. Hacer realidad sueños despertando de tantas pesadillas.

Sin embargo, la hipótesis de celebrar corridas de toros calibra la dimensión del problema. No hay certeza. Ni perspectiva de que la haya. Hay sólo preocupación pese a ese mecano de ideas planificadas. Las empresas quieren. Los toreros también. Y los ganaderos harán lo imposible por lidiar sus toros. Pero la barrera la pone el “bicho” que anda a sus anchas por encima de los deseos poniendo distancia. Llevándose vidas sin que les importe demasiado a esa panda de prestidigitadores políticos, y esa otra gente irresponsable que han hecho de la Pascua de Navidad masivas y grotescas fiestas. Y, ahora, de nuevo toca sobrevivir tras el desvergonzado comportamiento de muchos.

En este sentido, ¿cómo es posible pensar en Olivenza, en Castellón, en Valencia o en Sevilla? ¿En esa obligada ruptura de las prácticas organizativas habituales de las empresas para así poder introducir nuevos y diferentes parámetros en la programación de unos festejos relativizados por lo que sucede en el día a día? Pese a tener la Maestranza en cartera sus carteles de primavera, y Morante quiera lidiar miuras, no deja de ser toda una incógnita que infecta el presente y hace dudar del futuro. 

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