GALLEANDO

Una necesidad potencialmente vital

miércoles, 27 de enero de 2021 · 00:00

Es cierto que el Gobierno divaga. Que mira para otro lado por puro interés. Claro que lo es. ¿Cómo no va a serlo si las elecciones catalanas del próximo 14 de febrero, más la economía de una España en terrible crisis, no le deja tomar las necesarias, urgentes y drásticas medidas que han de minimizar este sinvivir? La vacunación es una verdadera descoordinación. Un desastre. Pero también es cierto que demasiada gente irresponsable ha hecho del haz de luz que iluminaba el mañana una inmensa y oscura sombra por donde se escapa la esperanza que la realidad niega.

Así y todo, y aunque el sueño se funda con la pesadilla, aunque se vea un sólo atisbo de claridad en la oscuridad de esta terrible situación, hay que seguir. Seguir con el cometido taurino empresarial en la manera de obtener diferencias sustanciales, entre el pasado y el presente, en una forma de organizar que ya no será igual. Mirar hacia adelante. Todo debe estar planificado. Y estar al acecho. Ir, sin dudar, a la búsqueda del posible objetivo. En consecuencia, sólo queda el gran deseo ante el pesimismo imperante.

Quizá por ello lo único factible, en este difícil camino hacia el futuro que obstruye el presente, es adaptarse al verismo de lo que ocurre. No claudicar antes de lo previsible. Aguadar dispuestos ese reencuentro con el toreo seguros de que todos son, somos, autores de los propios fracasos. Que la absoluta unidad de los estamentos de la Fiesta adquiera el máximo protagonismo frente a los antisistema que la quieren contaminar. Eso sí, sin dejar de mantener los ojos bien abiertos ante esa pila de basura que, ráfaga a ráfaga, va acumulando ese maldito viento atacante y prohibitivo.

En este panorama, en el que hasta el que no es antitaurino se esfuerza por aparentarlo, no queda otra que crecerse ante la adversidad y correr hacia adelante a toda leche dejando atrás a los que desconocen a conciencia lo que no les interesa. A los ajenos a la sensibilidad como a los incapaces de entender y resaltar los valores más profundos de la tauromaquia. Olvidar intereses particulares y dar paso al entusiasmo y la renovación. Después, la evolución de la pandemia dictará órdenes. Ahora, todo pinta mal. Luego, quizá, será la única forma para volver y hacer penetrar en el corazón de quienes lo sienten la manifestación de arte y sensaciones que son las corridas de toros. Volver a la emoción en una plaza de toros. El intento no es fácil. La necesidad, potencialmente vital.    

      

11
4
10%
Satisfacción
50%
Esperanza
40%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia