GALLEANDO

Nadie convenció a nadie

miércoles, 24 de noviembre de 2021 · 07:29

Nunca accedí a debatir lo absurdo. No soporto la desaforada voz de una y otra parte en una porfía estéril que a nadie convencerá. Ni a los unos, ni a los otros. Ni a mí me va convencer un antitaurino, ni yo le voy a convencer a él. Entonces, ¿para qué?  Son debates repletos de incoherencia. Perjudican más que benefician. Son debates que presentan una gran variedad de perspectivas y actitudes. Algunas de ellas contrapuestas y hasta contradictorias con el pensamiento único de quienes las manifiestan, lo que da lugar a la discusión que cuestiona lo expuesto.

Más allá del habla en el que el toreo se suele expresar, entrar en polémicas que se tornan confusas, inmanejables e ilógicas, donde se distorsionan todas las verdades con discursos intencionados de los que se aprovechan de la invasión antitaurina que sufre la tauromaquia, intensificando la búsqueda obsesiva de su verdad, es acrecentar la complejidad de una controversia de cuyo anzuelo resulta difícil desengancharse. Es aquí donde la sintaxis del debate más se complica, donde las mentiras más se realzan. Y es que, pese a algún que otro respetuoso modal animalista, seguirán con sus teorías efectistas bordeando, a veces, la estupidez. Argumentos con los que se hacen estimar por crédulos ignorantes.

Viene esto a cuento porque se acaba de celebrar en la capital de Andalucía la quinta edición de “Letras en Sevilla”, una iniciativa comandada por el escritor Arturo Pérez Reverte y el periodista Jesús Vigorra, con el tópico título de “Toros sí, toros no”. Dos días de polémica en jornadas de mañana y tarde. No llegó la sangre al río, pero nadie convenció a nadie.

Al toreo le sobran estas disputas. El toreo en la actualidad ya es una disputa de intereses particulares sin que los que lo gestionan y viven de él se decidan a derrotar propias actitudes. Mientras, la tauromaquia, sigue sometida a la ley del deseo. Al populismo que la amordaza. A los diferentes estados de agresión, desde falsedades sofisticadas hasta el demagógico sistema de prohibiciones con el que inciden en los modos de ataque a la libertad. Este podría ser el mal del que derivan todos los males de nuestro tiempo. Obligan a tragar. Se regocijan con la contradicción. Pura complejidad humana.  

 

14
2
8%
Satisfacción
0%
Esperanza
41%
Bronca
33%
Tristeza
0%
Incertidumbre
16%
Indiferencia