Que el mecanismo no falle

El plan adquiere máximo protagonismo con la aportación de la Junta de Andalucía. Un florecimiento a la caótica situación del campo bravo tan falto de gestos y hechos. La iniciativa llevada a cabo por la consejería de Presidencia, Administraciones Públicas e Interior en la que se implican también las de Agricultura, Turismo, Educación y Cultura, es una prueba consistente para la funcionalidad de un sector brutalmente golpeado por la crisis económica motivada por la pandemia.

Lo incuestionable del hecho es la contundente respuesta del Gobierno andaluz al requerimiento de unos criadores, ostensiblemente preocupados por la sostenibilidad de sus ganaderías, necesitados de urgentes medidas, sólidas y concluyentes, que han de paliar el más que delicado momento con soluciones convincentes de todas las partes implicadas.

Hay que poderle definitivamente al problema. Dadas las circunstancias actuales, el compromiso de las Consejerías comprometidas, es la mejor forma de afrontar una cuestión verdaderamente agobiante para el sector. Una apuesta para encarar, de una vez por todas, la defensa y promoción del toro bravo desde aspectos tan diferentes como el social, económico, cultural y educativo. Cuestiones relevantes que han de atajar de una forma sencilla, a la vez que complicada, el difícil trance ganadero, además, con las necesarias ayudas y subvenciones.

Pero hay más, toda esta promoción y divulgación permite dar a conocer los aconteceres que suceden día a día en las dehesas. También la vertiente cultural y educativa es fundamental a la hora de difundir el toro de lidia en su manifestación más sincera. Tradición y lección de vida. Tareas de campo, siempre innovadoras, de quienes son reflejo de la realidad ganadera. Una forma de mostrar hasta qué punto el comportamiento de este animal bravo en su hábitat natural es una compleja observación. Y, sobre todo, es ilusionante esa posible incorporación a los diseños curriculares de los centros educativos de contenidos medioambientales relacionados con el toro y su aportación al ecosistema.

Con esta decisión de la Junta se subirá un escalón más en el saber y en el entender. Un impulso más a la paralizada tauromaquia. Si se acerca al objetivo será algo digno de celebrar. Ya existen las bases. Que el mecanismo no falle.