GALLEANDO

Motivos para la esperanza

miércoles, 17 de marzo de 2021 · 07:13

Motivos para la esperanza hay de sobras. Y para la preocupación también. Sin embargo, no queda otra opción que esperar. ¿Cuándo, si no, íbamos a salir de la duda? Otra duda la disipó el pasado viernes en el Salón de Carteles de la Maestranza el gerente de la empresa Pagés, Ramón Valencia, dándole oficialidad a los ilusionantes carteles que componen la programación de la especial temporada taurina de 2021 en Sevilla. Un paso adelante, un aceptar lo que hay, un sobrevivir así mismo para que la tauromaquia sobreviva. Había que hacerlo y lo ha hecho.

Más allá de las interesantes combinaciones cabe señalar un horizonte que no permite enmienda, ni reparaciones posibles, a la decisión empresarial. Y ahí está el temor. Porque nada necesita más atenciones que el toreo, tan sensible a los detalles que puedan malograrlo. Resulta muy difícil pensar que durante tan poco tiempo la situación va a cambiar. O que alguien arroje un poco de luz sobre el destino que espera. Quien proclamó su derecho a la sinceridad tiene la obligación de empezar ante las posibles razones “incorrectas” que hagan de nuevo parar. De este modo, la necesidad de celebrar, con más o con menos aforo, restituye la dignidad que merece la fiesta de los toros.

Un refrito de inverosímiles teorías, dichas hasta el cansancio, desvelan tanto las esperanzas como los temores. Los mismos ingredientes para lo uno como para lo otro. Nada se sabe de cierto. Lo único cierto es que sigue la incertidumbre. Nadie es capaz de predecir lo eminente, sin embargo, la propia prisa ofrece la ruta a seguir para no caer en manos de la frustración, de la desorientación, o de la desesperanza. En esta realidad la ilusión, el deseo, habrá perdido su eficacia.

Ojalá que las autoridades sanitarias permitan a la Junta de Andalucía autorizar esa media entrada demandada por la empresa. O lo bastante para que resultase menos difícil volver a reencontrarse con el toreo en el coso maestrante. Una urgencia que ha de permitir poner en marcha el motor de la Fiesta. La obligatoriedad de dar toros no hace más que crecer porque ahora, más que nunca, depende, además, de quien se lo propone. Pese a estar rodeado de las circunstancias más desfavorables para el reencuentro. Otra suspensión sería decepcionante.

 

18
9
11%
Satisfacción
66%
Esperanza
22%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia