GALLEANDO

¡Qué torero!

miércoles, 29 de septiembre de 2021 · 07:44

El reto era ese: salir triunfador. Torear un “victorino” con el alma en la Maestranza. Tocar la gloria en Sevilla. Y a punto estuvo de tocarla cuando casi se lo llevan en volandas por la Puerta del Príncipe. La tuvo entreabierta. Sólo la mala suerte de una espada que resbaló y no entró se lo impidió. ¡Qué gran tarde ofreció Emilio de Justo con los toros de Victorino Martín! Es un placer ver torear así de bien a toros bravos y exigentes. Emilio lo consiguió de forma extraordinaria y emotiva. Su toreo denota maestría y dominio técnico, algo que siempre se corresponde con la pureza y la riqueza de su contenido.

Fue el temple el elemento clave de la obra La duración de los muletazos, ora con la derecha, ora con la izquierda, se hizo eterna. Incluso la forma de acabarlos se erigió en matices de algo grande. Su ejecución en el desarrollo temporal parecía no tener fin. El despacioso movimiento adquirió una dimensión extraordinaria. Un toreo que tuvo el interés de la ligazón y lo distinto. Y al que, a la vez, le sumó valores previos, como la valentía, la pulcritud del templado muletazo diestro, el emotivo encanto del natural y la pureza de cada uno de los trazos. Es obvio que ningún alma sensible permaneció ajeno a un concepto tan auténtico como sentido.       

Para hacer el toreo hacen faltan argumentos, y él los tuvo muy claros al ponerse donde hay que ponerse hasta redondear una faena que mereció la pena vivir y sentir. Hubo mucha verdad para emocionar en una lidia a la que le insufló una vitalidad contagiosa y, en verdad, fue así. Incluso hubo muchos momentos de recreación con el toreo al natural, tanto con la derecha como con la izquierda, que se percibió hondo, sin tiempo, nítido, puro y, por supuesto, de contagiosa emoción tras los sensacionales de pecho. Naturales que recorrieron, como en un torrente, un largo espacio que murió atrás, muy atrás, de la cadera.

Lleva el toreo pegado a la memoria. Componiendo su historia. Descubriendo y confirmando sueños y realidades tras años de luchas, silencios y olvidos. Y aún le quedan rescoldos de mayores ambiciones. ¡Qué torero!

 

15
50%
Satisfacción
50%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia