GALLEANDO

Cien tardes para hacer historia

miércoles, 26 de octubre de 2022 · 07:39

Los primeros pasos de aquel niño de La Puebla del Río fueron pasos de torero. Nacido para torear apeló generosamente al ingrediente de la emoción desde los primeros escarceos por las plazas de toros de los pueblos de Andalucía. Quizá debido a lo atrevido de un concepto diferente desaparecieron muy pronto atisbos de banalidades, o técnicas ventajistas, dibujando el horizonte sorprendente y novedoso de un futuro prometedor.

En cada una de sus cien tardes, en este XXV aniversario de alternativa, su valentía y verdad coexistieron sobre la arena de las plazas de toros integrándose con la gente en constante juego de emociones mientras narraba el toreo aquí o allí. En el diminuto ruedo de una plaza de pueblo o en el grandioso redondel de un monumental coso de primera categoría. En uno u otro ofreció una plástica exteriorización de sentimientos que agitaron los tendidos. Como si de una invitación se tratara a ensimismarse completamente en la belleza enigmática de unas formas sin márgenes para la distracción.

Pocas veces la lidia se acerca tanto a su pretendida dimensión. Al verlo y sentirlo en la Feria de Abril, al contemplarlo en septiembre por San Miguel en la Maestranza de Sevilla, no he podido evitar pensar en aquel chiquillo que deslumbraba explicando su tauromaquia con la seriedad de un maestro y la sapiencia y calidad de los elegidos.

Un toreo que en algún lugar oculto de mi interior permanece desde entonces para reavivarse con el discurso de valor y sobria calidad de auténticas obras de arte hechas sin renuncia a la vertiente más pura y fundamental del toreo, y con soluciones imaginativas a las complejas necesidades de las embestidas. Con no más de dos muletazos ha saciado los sentidos de exigentes paladares que, además, con sólo esos dos bocados se dieron por satisfechos.

Lo importante de José Antonio Morante Camacho no es el triunfo continuado en esta inusual temporada de sus cien corridas, con las que ha querido rendir su particular homenaje a Joselito, sino la capacidad para transmitir sensaciones pegadas al tiempo. La realidad de quien tiene talento para convertir lo que hace en algo tan diferente como emocionante. La realidad de un torero para la historia.